Muy difícil de describir la cantidad de trucos en los que incurre V. Putin, presidente de Rusia, para llevar a cabo sus ultrajes por todo el mundo. Como fiel representante de lo que en el pasado fue la KGB, donde trabajó desde muy joven y a la que representó durante años en la ya extinta Alemania democráticaha destacado por su habilidad para diseñar y organizar trucos y maniobras para realizar acciones en el inframundo, donde nunca aparece como operador y mucho menos como autor intelectual.
Este es el caso de los llamados Grupo Wagner (GW)una empresa militar privada, no transparente, compuesta por veteranos de la extinta KGB y excombatientes rusos, aparentemente operando como una empresa comercial, fuera de la ley rusa, brindando y ofreciendo “asesoramiento militar” de todo tipo – organización de grupos paramilitares, participación en guerrillas, golpes de Estado, etc.-, a gobiernos aliados con los La Rusia de Putin, como Siria, Libia, Sudán del Sur, República Centroafricana o Malí. GW opera incluso como fuerza de ataque de la propia República Rusa, como demuestra su injerencia en las dos injerencias injustificadas de Putin en Ucrania, en 2014 durante la crisis de Crimea, y la protagonizada en los últimos dos años.
GW fue fundada en 2014 por Yevgeny Prigozhin, ex convicto ruso condenado por robo a 12 años de prisión en San Petersburgo. Al salir de prisión, abrió un restaurante en la década de 1990 donde conoció a Putin, entonces vicealcalde de esa ciudad y quien tenía estrechos vínculos de connivencia con los altos jefes de la mafia del Puerto. Hoy, Prigozhin se jacta de sus relaciones con altos funcionarios del gobierno ruso, comenzando con el propio presidente.
Se estima que hasta la fecha GW tiene 20 oficinas en países africanos y una fuerza de alrededor de 50.000 soldados, de los cuales sus tropas de combate, alrededor de 40.000, son principalmente convictos rusos a quienes se les ofrecen sentencias reducidas y se les paga a cambio de sus servicios en los frentes de guerra. Los otros 10.000 son veteranos contratados ilegalmente. GW no es un grupo ideologizado, sino mercenarios alineados con Putin que lo utilizan como un jugoso negocio.
En realidad, GW es un instrumento comandado por ex militares de la «vieja guardia», con gran experiencia y que bajo el paraguas de ser un grupo de entrenamiento militar es enviado, bajo contrato o arreglos turbios, a todos aquellos lugares donde Putin tiene intereses. . de algún tipo -política o económica-; como en el caso de la injustificada agresión militar contra Ucrania, donde bajo contrato GW ha involucrado directamente las líneas de ataque, sustituyendo y ridiculizando al otrora poderoso ejército ruso. Así, GW opera como un ejército mercenario, dispuesto a luchar por causas que le son totalmente ajenas, sin importar las bajas que pueda sufrir. Se estima que en su última batalla, librada conjuntamente con tropas del ejército en Bajmut, Ucrania, los rusos perdieron más de 20.000 hombres. Al menos la mitad eran convictos sin entrenamiento militar y que desconocían el manejo de armas.
Con base en varios informes de guerra y análisis de especialistas, se llega a la conclusión de que algo extraño sucede cuando Putin tiene que recurrir a grupos de paramilitares suplentes al ejército ruso. Si el propio aparato militar ruso no está convencido de luchar contra sus vecinos de Ucrania, imaginemos lo que puede llevar en la cabeza un presidiario que no sabe por qué ataca o defiende. De todos modos, un asunto sucio más de Putin y sus compinches de la KGB que todo el mundo debería censurar.
POR AGUSTÍN GARCÍA VILLA
ANALISTA POLÍTICO
MAÍZ
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