El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ordenó este sábado (13.08.2022), un día después de haber renovado la cúpula militar y policial, que los mandos de estos cuerpos impidan en lo posible la comisión de masacres y asesinatos de líderes sociales, ya que tales actos afectarán su registro de servicio.
Un día después de hacer un llamado a tener una fuerza pública alejada de la corrupción y que trabaje por los derechos humanos y la paz, el mandatario señaló que a partir de ahora «cada mando militar o policial en su jurisdicción deberá cuidar de neutralizar cuanto posible la comisión de masacres y muerte de líderes sociales». Colombia se encuentra inmersa en un recrudecimiento de la violencia producto del enfrentamiento entre grupos armados ilegales que ha afectado especialmente a la población civil de las regiones más remotas.
Este mismo sábado, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) denunció la masacre número 62 cometida en lo que va del año en Colombia, ocurrida en el departamento de La Guajira (norte), donde fueron asesinados tres hombres. Las víctimas, cuya identidad se desconoce por el momento, fueron atacadas por personas «fuertemente armadas».
Indepaz también informó este sábado sobre el asesinato de Diomedes Bermúdez Aguirre, firmante del acuerdo de paz con las FARC que se encontraba en proceso de reincorporación en el departamento del Tolima (centro-sur). Bermúdez fue atacado por hombres armados cuando se desplazaba entre los municipios de Rovira y Roncesvalles y es el primer desmovilizado asesinado desde que Petro asumió la Presidencia el pasado 7 de agosto.
En lo que va de 2022, 32 signatarios de la paz han sido asesinados en Colombia, cifra que sube a 338 desde 2016, cuando se llegó al acuerdo con las FARC. En los últimos meses también se han revivido algunos de los episodios más oscuros del país con la denuncia de dos casos en los que el Ejército y la Policía han sido acusados de estar presuntamente detrás de «falsos positivos», como se denominan los fusilamientos. de civiles
En ese contexto, el presidente colombiano, quien ya anunció en su toma de posesión su deseo de acabar con la violencia en Colombia, llamó el viernes a impulsar una fuerza pública enfocada en «una política de seguridad humana (…) para garantizar la paz, la reducción de la violencia , delincuencia, garantizando un aumento sustancial del respeto a los derechos humanos y las libertades civiles, como debe ser en toda democracia». “Cero corrupción y cero violaciones a los derechos humanos” serán por tanto los preceptos que regirán las Fuerzas Armadas y la Policía en los próximos cuatro años, afirmó el mandatario.
lgc (efe/tw)
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