El 8 de agosto de 1876, Edison inventó el mimeógrafo, antecesor de la fotocopiadora. Vamos a ver la importancia que tuvo este revolucionario invento para muchos y que marcó el rumbo de la tecnología.
Thomas Alva Edison es conocido y reconocido en todo el mundo como uno de los inventores más prolíficos de su tiempo. Entre sus muchos inventos se encuentran la cámara de cine o varias versiones de la bombilla, aunque ésta no deja de ser buena parte de una enorme lista de equipos y artilugios que desarrolló a lo largo de su vida.
En realidad, el que nos interesa a lo largo de las siguientes líneas es ni más ni menos que el mimeógrafo. Esta invención estaba destinada a copiar textos para facilitar su transmisión y eliminar por completo el proceso de copiado completamente a mano. Vamos, haz copias de forma automática ya gran escala.
El mimeógrafo puede considerarse el abuelo de la fotocopiadora, habiendo sido registrado por el mismo Edison en este día hace 146 años. ¿Cómo funcionó? A nivel general, no es una máquina tan compleja como las fotocopiadoras actuales.pero su tiempo fue una revolución a nivel industrial.
Para empezar a hacer copias, lo primero que había que hacer era utilizar una máquina de escribir con la que se preparaba una matriz de papel llamada stencil, que luego se impregnaba de tinta por ambas caras. Esta plantilla con la información a copiar era fundamental para el funcionamiento del mimeógrafo.
A la hora de hacer las copias, lo que se hacía era introducir esta plantilla dentro del mimeógrafo que, gracias a una palanca, permitía impregnar de tinta hojas completamente en blanco con el texto copiado de la plantilla. La manera fácil de imaginar cómo funciona es pensar en una hoja de papel con agujeros por los que pasa la tinta.
La plantilla tenía el texto inscrito, aunque perforaba el papel.. Vamos, un método similar al que usan algunas imprentas de camisetas para estampar varios modelos o diseños que necesitan diferentes capas de color. ¿Cuántas copias se podrían hacer usando el mimeógrafo? Depende de la calidad de la plantilla.
Por lo que se ha visto en los registros, el stencil se gastaba con cada copia y, en ocasiones, podía aguantar hasta una docena y otras veces sacar cientos de copias. También, el proceso de copiado fue manual durante un tiempo ya que luego de ver lo bien que funcionaba se le agrego un motor al mimeógrafo.
Hoy en día, copiar un documento es tan fácil como insertarlo en la fotocopiadora y dejar que haga todo su trabajo. Hace 146 la situación era muy diferente, aunque gracias a inventos como el mimeógrafo se puede hacer más fácil y económico el acceso a los documentos en espacios como colegios o centros de estudio.
Con información de Telam, Reuters y AP