El artefacto donde murió el ministro del Interior, Denis Monastirski, impactó a metros de donde jugaban, en Brovary. Testimonios y conmoción.
Cuatro hombres cargan un cuerpo en una camilla, envuelto en una bolsa, a dos pasos de un parque infantil en Brovary, Ucrania, donde se estrelló el helicóptero del ministro del interior contra un jardín de infantes este miércoles.
La tragedia, que provocó al menos catorce muertos -entre ellos el ministro Denis Monastirski-, se produjo poco después de las ocho de la mañana. Es el funcionario ucraniano de mayor rango asesinado desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania hace casi once meses.
El artefacto impactó junto a un edificio residencial de 14 pisos y una guardería, donde mató a un niño y dejó al menos a otros 11 heridosen esta ciudad de unos 100.000 habitantes al este de Kyiv.
Dmitro Serbin, quien se encontraba en su apartamento cuando se estrelló el helicóptero Super Puma EC-225, corrió a socorrer a los muchachos en cuanto vio las llamas sobre el jardín de infancia.
«Los niños lloraban buscando a sus padres. Sus rostros estaban cortados y cubiertos de sangre», dijo Serbin a la AFP.
«Sacamos a una niña, la envolví en una chaqueta, tenía heridas en la cara (…) no temblaba ni lloraba», dijo a la AFP.
«Probablemente no entendió lo que estaba pasando. No estaba temblando, no estaba llorando. La sostuve en mis brazos», agregó.
Según los servicios de rescate, 25 personas fueron hospitalizadas.
En el lugar del accidente, el escombros fueron visibles más tarde cerca de los edificios de apartamentos.
«Rompí ventanas y puertas»
Dmytro Serbine recuerda perfectamente el momento del accidente. “Escuché un zumbido y volteé a mirar por la ventana. Pensé que era un dron. Vi llamas”, cuenta este hombre, que fue uno de los primeros en ayudar.
«Inmediatamente salí corriendo y salté la cerca. Rompí ventanas y puertas. Dos policías y otro hombre estaban conmigo. Comenzamos a evacuar a los niños de la guardería. Mi esposa trajo algunos a casa». Buscaron a sus padres, lloraron«, él continúa.
“Escuché un zumbido y luego un estruendo”, testifica Glib Kassyan, quien estaba en casa de un amigo y quien al principio no prestó atención a la explosión, en un contexto de guerra y bombardeos periódicos rusos.
“Luego escuché gritos y vi niños corriendo por encima de la cerca. Empecé a ayudarlos, a darles los primeros auxilios. Eran muchos”, recuerda.
«Un niño tenía una quemadura en la cabeza. Otra niña tenía cortes con sangre y moretones. Tratamos las heridas con peróxido de hidrógeno, les pusimos vendas, les dimos dulces y las pusimos frente a una caricatura», explica Kasyan.
Más tarde los chicos conocieron a sus padres. Glib afirma no haber visto heridos graves entre ellos. «La mayoría tenía moretones y cortes.«, preciso.
Anna, madre de la pequeña Viktoria, de tres años y medio, está en estado de shock. Su hija es una sobreviviente del jardín de infantes.
«Lo importante es que nuestra hija sigue viva. Gracias a Dios se siente bien. Está ilesa», dijo a la AFP.
La familia huyó de la ciudad de Dymerka, en el norte de Ucrania, después de que su casa resultara dañada en un bombardeo en marzo, poco después de que Rusia invadiera el país el 24 de febrero.
«Huimos de una catástrofe y acabamos en otra. Allí no podíamos vivir y aquí el jardín de infantes está destruido”, señala.
El gobierno de Ucrania anunció una investigación para determinar las causas de lo que el presidente Volodymyr Zelensky describió como una «terrible tragedia».
El helicóptero en el que viajaba Monastyrsky se dirigía a un «punto caliente» de los combates en ese momento, según la Oficina del presidente de Ucrania.
Fuente: AFP
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