En el apogeo de la última Edad de Hielo, generaciones de niños y adolescentes deambulaban descalzos a lo largo de un lago fangoso en lo que ahora es Nuevo México, cruzando caminos con mamuts, perezosos terrestres gigantes y una especie canina extinta conocida como lobos terribles.
Ahora, unos 23.000 años después, las huellas fosilizadas de los jóvenes están aportando nuevos conocimientos sobre cuándo los humanos poblaron por primera vez las Américas. Descubiertas en el Parque Nacional White Sands por un equipo de investigación que comenzó su trabajo en 2016, las huellas son unos 10.000 años más antiguas y unas 1.600 millas más al sur que cualquier otra huella humana conocida en Estados Unidos, informaron científicos el jueves en la revista Science.
Fuente: WSJ