A casi nadie le gusta el anteproyecto de Ley de Información Clasificada aprobado este lunes por el Gobierno. Ni los socios del PSOE, Unidas Podemos, ni el resto de aliados parlamentarios están a favor de la norma pensada para superar una cuenta pendiente con la democracia en España: acabar con la actual ley franquista sobre secretos oficiales.
Hemos hablado con el socio de la coalición sobre la ley de información privilegiada (secretos oficiales). Todavía está en la 1ra ronda en el CM. Vamos a trabajar duro para llegar a la segunda vuelta con un acuerdo a la altura de lo que merece nuestro país en materia de transparencia democrática.
– Pablo Echenique (@PabloEchenique) 2 de agosto de 2022
Asimismo, historiadores, politólogos, periodistas o asociaciones de memoria han mostrado su descontento y asombro por una ley que, en cualquier caso, solo ha sido aprobada en primera lectura, por lo que tendrá que pasar de nuevo por el Consejo de Ministros para ser enviada posteriormente. a las Cortes, donde también puede ser objeto de modificaciones.
Una reacción inmediata al anuncio de un proyecto de nueva Ley de Secretos Oficiales. https://t.co/8231Dpt7Tv
– Ángel Viñas (@angelvinashist) 1 de agosto de 2022
En esos cajones ocultos se supone que hay material tan preciado como las siniestras actuaciones del aparato represivo del Estado contra los grupos clandestinos antifranquistas, la documentación del 23F (hoy se desconoce como buena ⬇️ https://t.co /xtXIiDYgb4
— Asociación Distrital de Memoria Histórica Latina (@MESA_MH_LATINA) 2 de agosto de 2022
Y es que, aunque la ley establece cuatro categorías en función de la sensibilidad de la información (ultrasecreta, secreta, confidencial y restringida), el término más alto supera con creces el margen fijado por la mayoría de las democracias occidentales.
En esencia, el texto aprobado por el Consejo de Ministros fija un máximo de 50 años, aunque puede prorrogarse otros diez, para la desclasificación de «máximos secretos» de Estado, lo que dificulta el acceso rápido a los documentos de la transición . Es decir, asuntos sobre los que todavía hay muchas dudas, como los GAL o el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, todavía tendrán que esperar a ser desclasificados.
A raíz de este asunto, surge una pregunta importante al respecto: «¿Qué tienen que esconder quienes gobernaron España durante los últimos 40 años?», resumió el cofundador de Podemos y politólogo Juan Carlos Monedero.
Una ley de secretos oficiales de 50 años es una garantía de ocultamiento. ¿Qué tienen que esconder los que gobernaron España durante los últimos 40 años? Quizás los GAL, el Batallón Vasco Español, jueces que encubrieron torturas, más fechorías de los eméritos, que pasaron el 23F, privatizaciones…
– Juan Carlos Monedero (@MonederoJC) 1 de agosto de 2022
Asimismo, otros personajes públicos y profesionales de diferentes sectores han comentado con ironía estos plazos «exagerados» incluidos en la ley para «impedir que se sepa lo importante»:
EL PSOE Y LA TRANSICIÓN:
Ley de la Memoria / Ley de los Secretos pic.twitter.com/tLvsFyqvcA
– Pedro Vallín (@pvallin) 1 de agosto de 2022
Resumo en una imagen la Ley de los Secretos. pic.twitter.com/pziJsRCOdj
– Javier Durán (@tortondo) 1 de agosto de 2022
Entonces, si entiendo bien, la propuesta de Ley de Secretos Oficiales del PSOE se basa en que cualquier responsable (ya no criminal, supongo) de algo que los documentos prueban estará muerto cuando toque, comenzando, sorpresa sorpresa, con ‘Señor X’. Qué vergüenza.
– Stéphane M. Grueso (@fanetin) 1 de agosto de 2022
¿Está todo bien preparado para que no se sepa nada importante?
La desclasificación de documentos del 23F o del GAL queda a merced del Gobierno y los jueces en la nueva ley de secretoshttps://t.co/O3Wb14oKO1
– Javier Echeverría (@JEcheverriZ) 2 de agosto de 2022
La nueva ley de secretos oficiales no permitirá saber quién y por qué cantidad se aprovechó de la amnistía fiscal de Montoro y nos robó millones de euros.
– Emilio Silva Barrera ? (@Emilio_Silva_) 1 de agosto de 2022
Read More: Inconformes con plazos «exagerados» para desclasificar secretos oficiales