Ambientada principalmente en la Patagonia chilena, pero con momentos en Argentina, Miami y Noruega, la novela trata una amplia gama de temas, desde el feminismo y el abuso verbal, las violaciones de los derechos humanos y la homosexualidad, hasta las pasiones amorosas, la infidelidad e incluso el calentamiento global.
A lo largo de sus casi 400 páginas, también repasa los movimientos socialistas, el comunismo, las dictaduras militares del Cono Sur y las democracias.
“Violeta, como mi madre, era una persona, una mujer hermosa, sin ser muy consciente de su belleza. Era inteligente, visionaria, talentosa, con buenas ideas para ganar dinero”, dice. isabel allende, de 79 años, dijo a The Associated Press en una entrevista en video desde su casa en California. “Ella corre todos los riesgos, ya sea su vida amorosa y la vida que quiere llevar… pero la diferencia es que mi mamá siempre dependió económicamente de alguien”.
Entonces Violeta, la mujer que le dice a su nieto que su vida vale la pena contarla no tanto por sus virtudes como por sus pecados, es en parte la madre de Allende, ella misma y “mucha imaginación”.
En la novela, que comienza en el momento en que nació Panchita durante la llamada gripe española de 1920 y termina en el momento en que ella murió, en plena era del coronavirus en 2020, Allende recorre casi un siglo de vida de mujer nacida en el seno de una familia chilena conservadora y acomodada, que cambia radicalmente cuando se queda sin hogar a causa de la Gran Depresión.
La idea original del libro surgió después de la muerte de su madre a la edad de 98 años. Sabiendo que los dos habían tenido una relación muy cercana e intercambiaban miles de cartas diariamente, algunos de los amigos de Allende le sugirieron que escribiera un libro sobre la vida de su madre. . La novelista estaba muy herida emocionalmente y aún no podía ver a su madre con la distancia que necesitaba para escribir sobre ella.
Pasaron los meses y, cuando se sintió más fuerte, comenzó “Violeta” inspirada en su madre, pero también con una marcada diferencia: la protagonista es una mujer que se sostiene a sí misma y a gran parte de su familia con sus negocios.
El libro se publica hoy en los Estados Unidos en español bajo el sello Vintage Español y en inglés bajo el sello Ballantine de Penguin Random House. Simultáneamente se lanza también en España, Latinoamérica y Reino Unido, y posteriormente llegará a otros países de Europa y Asia.
El personaje de Camilo, un nieto travieso y rebelde que Violeta tuvo que criar desde que nació y que luego se convirtió en sacerdote, está inspirado en el jesuita chileno Felipe Berríos del Solar, un activista social crítico con la iglesia que lucha contra la desigualdad y la segregación y que durante años ha sido un “amigo muy, muy cercano” de Allende. El escritor isabel allende le dedica el libro a él, a su hijo Nicolás y a su nuera Lori, “pilares” de su vejez.
Y de esas conversaciones entre una escritora que se describe como “totalmente agnóstica y feminista” y un sacerdote progresista, surgió Camilo, a quien su abuela Violeta le confiesa admiración y le dice que es “el amor más profundo” y “más intenso” de su vida. larga vida. De la misma manera que en la vida real, es para Allende su hijo Nicolás.
Quizás por eso también gran parte de las anécdotas de la infancia del personaje son las de su hijo, quien después de haber hecho la primera comunión en un colegio religioso de Venezuela, contó isabel allende que no creía en Dios y no quería ir más a una iglesia, recuerda la escritora en la entrevista.
Violeta está marcada por la muerte: la de su madre; la de su hija Nieves, madre de Camilo (un joven drogadicto inspirado en Jennifer, una de las hijas del ex marido de Allende, Willy Gordon); la de su institutriz, la señorita Taylor, y la de Roy, uno de sus amantes.
la propia escritora isabel allende Vivió en primera persona la muerte de su hija Paula en 1992, a los 29 años, y eso le ayudó en parte con el personaje.
“Podría describir ese dolor tan terrible de ver morir a tu hija porque yo lo había vivido”, dice Allende, quien en 1994 publicó el libro de memorias “Paula” en honor a su hija.
Junto al tema del amor, la violencia, la fuerza de la mujer y la ausencia de los padres, la muerte es un tema recurrente en los libros de Allende, desde «La casa de los espíritus» hasta «Largo pétalo de mar». Esta vez, el mensaje ella quería irse fue una que vio cuando su madre estaba envejeciendo y se estaba quedando sin amigos y seres queridos.
“Algo importante de la vejez, la vejez, es la pérdida. ¡Cuántas pérdidas! Todo se te está muriendo”, dice la escritora mientras reflexiona sobre la experiencia de su madre, quien falleció a los 98 años. “Eso era importante dejar claro en el libro, que cuanto más vives, más pierdes .»
Para isabel allende, el autor vivo en español más leído del mundo, la pandemia del coronavirus ha sido una oportunidad. Lejos de los viajes y las giras promocionales mundiales, ha ganado el tiempo que necesitaba para convertir más historias en libros. Aunque el martes publica “Violeta”, su segundo libro en plena pandemia tras el de no ficción “Mujeres del alma mía”, ya tiene listo un tercero: una novela sobre refugiados que está en proceso de traducción. Y como todos los años, el 8 de enero empezó a escribir uno nuevo.
“He tenido tiempo, silencio y soledad para escribir”, dice la escritora, agradeciendo que nadie de su familia haya enfermado de COVID-19. “Tal vez siempre tengo historias, no necesito inspiración; lo que necesito es tiempo para escribir”.