Por primera vez en años, todas las ramas del poder en Irán caerán bajo el control de la línea dura cuando un protegido del líder supremo jure como presidente, reforzando su poder y aumentando la inquietud de que las relaciones de la República Islámica. con Occidente podría empeorar.
El presidente electo Ebrahim Raisi, de 60 años, estudió cuando era joven en uno de los seminarios islámicos del líder supremo Ali Khamenei. También formó parte de un panel que ordenó la ejecución de miles de presos políticos. Más tarde, ascendió de rango para liderar el poder judicial de Irán.
Su investidura el jueves, después de una elección en la que la mayoría de sus rivales fueron descalificados, está destinada a consolidar el poder entre los leales de línea dura a Khamenei justo cuando Irán y Occidente están intentando revivir un acuerdo que limita las capacidades nucleares de Teherán.
Se espera que sea un cambio significativo con respecto a las últimas tres décadas. Los presidentes recientes de Irán, independientemente de su inclinación política, a menudo establecían sus propias prioridades políticas, aunque el líder supremo siempre tenía la última palabra en asuntos vitales de estado, como el programa nuclear.
Los analistas dicen que Khamenei, de 82 años, parece estar enfocado en reducir las luchas internas y preservar lo que él ve como los principios de la Revolución Islámica de 1979 a medida que envejece y la economía de Irán golpeada por las sanciones se ve sometida a una presión creciente.
Fuente: WSJ