La amenaza externa y la relación entre Corea del Sur y Japón

En 1910, Corea fue anexionada por el Japón Imperial, cometiendo fuertes agravios contra su población. Al final de la Segunda Guerra Mundial, con la derrota de Japón, el norte de Corea fue ocupado por la Unión Soviética y el sur por Estados Unidos, dividiéndose el país.

En 1950, el Norte invade el Sur en una guerra que dura tres años y deja gran destrucción. EE.UU. recupera el sur en coalición con otros países e invade el norte, provocando que la China comunista entre en conflicto, devolviendo la frontera a la línea original.

En 1961 se inició en Corea del Sur una política de sustitución de importaciones a través del desarrollo de chaebols (conglomerados familiares), como Hyundai, Samsung y LG.

El país se democratizó hasta 1987, convirtiéndose a principios de siglo en una economía desarrollada con un modelo exportador muy exitoso. Corea del Norte instauró un sistema leninista paranoico dependiente de China, desarrollando un programa de armas nucleares capaz de llegar a Corea del Sur, Japón y EE.UU., países que se encuentran amenazados.

El presidente surcoreano, Yoon Sook Yeol, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, firmaron hace unos días un acuerdo para regularizar las relaciones entre sus países. Yoon declaró que, para enfrentar los desafíos de Corea del Norte, el deterioro de las relaciones de Estados Unidos con China y las cadenas de valor, es necesario mejorar las relaciones con Japón dejando de lado los agravios cometidos.

En 2018, un tribunal de Corea del Sur ordenó una compensación a dos empresas japonesas por trabajos forzados durante la ocupación. Japón se negó a aceptarlos, considerando que se habían asentado en 1965 con la normalización de sus relaciones.

El incidente legal provocó la degradación de la relación. Tokio impuso controles de exportación mientras que Seúl suspendió un acuerdo militar.

Mediante el acuerdo alcanzado la semana pasada en Tokio, Corea del Sur compensará la compensación en cuestión, se reanudará el acuerdo sobre seguridad, Japón eliminará los controles a la exportación de insumos para la producción de chips y Seúl retirará la demanda en la OMC contra de Japón debido a las restricciones a la exportación.

Más de la mitad de los surcoreanos se oponen al acuerdo anunciado, cuyo éxito depende en parte de que Japón y Estados Unidos respondan positivamente para calmar a los nacionalistas surcoreanos que ven herido el orgullo nacional.

El acuerdo aumenta la seguridad en el noreste de Asia, mejora el funcionamiento de las cadenas de valor y fortalece los lazos entre dos países que dependen del paraguas nuclear estadounidense y que juntos albergan a 80.000 soldados estadounidenses. El presidente surcoreano realizará una visita de Estado a EE.UU. a finales de abril para refrendar el compromiso con la seguridad del Indo-Pacífico y el fortalecimiento de las relaciones con Japón.

POR GERARDO TRASLOSHEROS

ESCUELA DE POSTGRADO UDLAP JENKINS, PECC MÉXICO Y COMEXI

@GTRASLOSHEROS

CAMARADA

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