WASHINGTON — Operativos ampliamente sospechosos de trabajar para el servicio de espionaje del Mossad de Israel planearon una operación sigilosa para matar a un militante palestino que vivía en Dubai. El plan de 2010 fue un éxito excepto por la parte sigilosa: las cámaras de circuito cerrado siguieron cada movimiento del equipo, incluso capturándolos antes y después de que se pusieran disfraces.
En 2017, un presunto oficial de inteligencia estadounidense sostuvo una reunión supuestamente clandestina con el medio hermano del líder norcoreano Kim Jong Un, días antes de que este último fuera asesinado. Ese encuentro también se hizo de conocimiento público, gracias a las imágenes de la cámara de seguridad de un hotel.
Fuente: WSJ