La cloaca abierta | El Heraldo de México

El 17 de enero comenzó el juicio contra Genaro García Luna, secretario de seguridad pública en la administración de Felipe Calderón. Esta se desarrolla en el Distrito Este del estado de Nueva York y está a cargo del juez Brian Cogan, quien sentenció a Joaquín, El Chapo, Guzmán. El jurado está compuesto por siete mujeres y cinco hombres seleccionados al azar y con los que el juez Cogan ha sido muy claro al recomendar que el veredicto se base únicamente en pruebas fehacientes y no en acusaciones.

En ese sentido, el juicio se ha llevado a cabo, la parte de la defensa de quien fuera el hombre fuerte de Calderón en la llamada guerra contra el narcotráfico se ha centrado en mostrar cómo el exsecretario de Seguridad combatió a las bandas criminales en México y Estados Unidos. Estados Unidos, la evidencia más fuerte son algunas fotografías con funcionarios estadounidenses, incluidos Barak Obama y Hillary Clinton, así como los arrestos de capos de la droga durante su administración. Por su parte, la fiscalía ha centrado sus esfuerzos en demostrar la culpabilidad de García Luna en todos los delitos que se le imputan (tres cargos por tráfico de cocaína, uno por crimen organizado y uno por declaraciones falsas al gobierno de Estados Unidos). a través de testigos.

Aunque al inicio del juicio se dijo que serían llamadas a declarar 70 personas, hasta el momento solo han pasado al estrado 25 y solo quedaría una persona para declarar, el propio García Luna, lo que acortará sorprendentemente el juicio, que podría terminar en los primeros días. días de la semana siguiente. Sin embargo, la defensa ha dicho que solo presentará argumentos ante el jurado a voluntad del acusado, lo que seguramente no sucederá ya que esto abriría la puerta a un interrogatorio por parte del fiscal.

En el desfile de testigos, los más destacados son personas que han estado de ambos bandos, policías federales e integrantes del crimen organizado, lo que ha permitido escudriñar la operación corrupta por parte de miembros de la seguridad del país, así como el sistema de cooptación por parte de bandas criminales. . El primero de ellos fue Sergio Villarreal, alias El Grande, quien señaló la protección «gubernamental» al cártel de Sinaloa y las cantidades de dinero que se otorgaron para lograr este objetivo. Luego le siguió Tirso Martínez, quien relató la vida de los delincuentes y el dinero que se reservaba para las coimas; asimismo, Óscar Nava, el lobo, Valencia, quien dijo que pagó 10 millones de dólares directamente al implicado.

En toda esta avalancha de acusaciones, la que expuso la espiral de corrupción en el sistema de seguridad fue la declaración del exfiscal de Nayarit, Édgar Veytia, apodado El Diablo y quien enfrenta una condena de 20 años de prisión en Estados Unidos. En su testimonio, Veytia señala que la “guerra contra las drogas” tuvo un sesgo institucional a favor del cartel del Chapo y apunta directamente a su operador: Genaro García Luna, a través de órdenes directas a los gobernadores de turno del estado de Nayarit. Sin embargo, tampoco aportó ninguna prueba de sus declaraciones, por lo que es muy probable que sus declaraciones sean desestimadas. Cualquiera que sea el veredicto del jurado, lo que nos deja este juicio es que todo el sistema de seguridad mexicano está podrido y tendrá que ser el foco principal de las personas que quieren gobernar el país.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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