El jueves 13 de abril, Luisa María AlboréSí, Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, visitó el Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, para explicar el contenido y alcances del paquete de reforma minera del presidente López Obrador. Es una reforma compleja, con tres propósitos: cuidado del medio ambiente, actualización del clima, formas y modalidades de concesiones y uso eficiente del agua.
Es una propuesta bien intencionada y voluntaria. Los sectores coinciden en sus fines; sin embargo, la realidad suele estar lejos de la buena voluntad. Hay factores que los legisladores deben considerar, porque si se hacen las cosas rápido y sin información completa, se corre el riesgo de afectar al sector minero, del que dependen alrededor de 400.000 empleos directos y más de 1.300.000 indirectos.
Tragedias como la de Pasta de Conchos, en 2006, o la de Pinabete, en 2022, junto a las constantes denuncias de comunidades, pueblos indígenas y grupos de protección ambiental, denuncian abusos de empresas nacionales y multinacionales, así como actos de corrupción en el nivel estatal y nacional.
Por supuesto, el colapso de Pasta de Conchos o la inundación de Pinabete se podrían evitar, o al menos, se podría reducir el riesgo con una legislación adecuada y luchando contra la corrupción. Lo mismo ocurre con miles de hectáreas devastadas por técnicas mineras inadecuadas. Pregunta: ¿Estos hechos son generalizados en el sector minero o son circunstancias que deben ser atendidas caso por caso? ¿Cuántas minas hay en México? ¿Cuántos trabajan irregularmente? ¿Cuál es su aporte a la economía nacional?
Minas irregulares o clandestinas, no lo sabemos. Según datos oficiales, cuando comenzó el sexenio, en 2018, existían 3.123 establecimientos dedicados a la minería, los cuales aportan 70 mil millones de pesos al SAT por concepto de pago de impuestos y derechos.
Hace más de 500 años, los españoles llegaron a este continente en busca de riquezas. Conquistaron, sometieron y exterminaron a los pueblos originarios para llevarse el oro y la plata al imperio español. La nueva España se fundaba con la minería como horizonte. Wow, encontraron riquezas, solo recuerden Real del Monte, Hidalgo; Taxco, Guerrero, Zacatecas y Guanajuato. Actualmente, la minería se concentra en estados como Coahuila, Chihuahua, Durango, Sonora y SLP.
En 500 años han cambiado las técnicas mineras, no así la ambición del hombre por extraer su riqueza de las entrañas de la tierra. En pleno siglo XXI, México debe seguir siendo un país minero, pero respetando el medio ambiente, cuidando los recursos naturales, garantizando los derechos de los mineros y sus familias. La minería puede seguir siendo un gran negocio para todos. Cualquier reforma en este sector debe hacerse con responsabilidad. Eso es lo que pienso, ¿qué piensas tú? La política es bronce.
Por Onel Ortíz Fragoso
Colaborador
@onelortiz
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