Estudios científicos realizados por el reconocido bioquímico Valter Longoconocido por «La dieta de la longevidad»avalan los beneficios de abstenerse total o parcialmente de comer o beber de forma controlada por un médico, en la prevención y tratamiento del cáncer.
Valter Longo (Génova, Italia, 1967) es un bioquímico reconocido internacionalmente por sus investigaciones sobre el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la edad, y es director del Instituto de Longevidad de la Escuela de Gerontología de la Universidad del Sur de California (USC) en Los Ángeles, donde también trabaja como profesor.
El investigador italiano, famoso por ser el creador de «La dieta de la longevidad» (Ddl), descrito en un libro de gran éxito internacional, lleva 30 años investigando los beneficios de la alimentación para conseguir una longevidad saludable, 15 de ellos dedicados al estudio del cáncer.
Longo ha descubierto que el ayuno, combinado con un programa de nutrición basado en ddlLmejora la eficacia de los tratamientos antitumorales y reduce los efectos de los fármacos utilizados en dichos tratamientos.
Los estudios científicos y casos clínicos de pacientes con distintos tipos de tumores que avalan este descubrimiento se recogen en su nuevo libro ‘Ayuno contra el cáncer’lo que puede considerarse como un método novedoso para prevenir y tratar tumores, explica Longo.
Explica que “En general, la medicina tradicional ha ignorado los poderosos efectos del metabolismo y el ayuno para enfrentar el cáncer”.
Terapia de “equipo” tradicional y metabólica
Últimamente, y en parte gracias a la investigación de Longo y su equipo, algunos de los centros oncológicos más importantes han comenzado a plantearse la combinación de la terapia metabólica con la terapia tradicional.
Longo es «desconfiado» de los oncólogos que no tienen en cuenta las recomendaciones dietéticas que acompañan a las terapias estándar, porque “a día de hoy estamos seguros de que la dieta y su impacto en el metabolismo pueden jugar un papel crucial en la eficacia de los tratamientos”.
Según este investigador, existe una diferencia entre el aprovechamiento de los nutrientes que hacen las células tumorales y el que hacen las células normales o sanas: se alimentan de forma diferente.
“Cuando hay escasez de nutrientes (practicamos el ayuno), las células sanas se protegen y quedan en una especie de pausa, mientras que en condiciones de ayuno las células tumorales no paran, siguen multiplicándose descontroladamente sin protegerse, buscando una vía de escape. rutas para sobrevivir, sin poder gestionar correctamente la falta de alimentos”, Explique.
En este contexto, el desafío es tratar de “matar de hambre al cáncer y nutrir al paciente”es decir “matar todas las células tumorales mucho antes de debilitar los sistemas fundamentales del paciente para combatir el cáncer como son el sistema inmunológico y el sistema nervioso, entre otros.
Para este proceso resulta Es fundamental separar unas células de otras. de modo que la toxicidad de los tratamientos no los elimina a todos por igual”, según ha descubierto este investigador.
El ayuno, por su parte, protege las células sanas y contribuye al aumento de la toxicidad de las terapias sobre las células tumorales, señala.
largo propone un ayuno constante en “no comer durante un intervalo de 12 horas, es decir, si desayunas a las ocho de la mañana, debes cenar antes de las ocho de la noche, lo que también mejora la calidad del sueño”, explica.
Este ayuno debe combinarse con la «dieta que simula el ayuno», sumando un plan de ejercicios personalizado para preservar el nivel de masa muscular de la persona, todo ello supervisado por un equipo de especialistas liderado por el oncólogo, y tomando como referencia las necesidades individuales de cada paciente según el tipo de tumor que padece, asegura .
“Es un programa de nutrición en el que el número de calorías, los ingredientes, la duración y la frecuencia de la dieta son muy precisos para conseguir los efectos antitumorales”, destaca.
Longo promueve el uso de medicamentos contra el cáncer «que funcionan» y rara vez recomienda solo la dieta que simula el ayuno, explica.
Un ejemplo de la dieta de la longevidad
“La mejor estrategia es respetar el estándar de trato y usar alimentos para apoyarlo sin reemplazarlo”, Señala
Esto sería, según Longo, un ejemplo de un patrón de alimentación diaria para una paciente con cáncer de mama, entre ciclos de quimioterapia, y que puede ayudar a reducir los efectos secundarios que provoca esta terapia, principalmente náuseas y vómitos, añadiéndolo a la dieta que simula un ayuno de cinco días, y siempre bajo la supervisión de un oncólogo:
- Dieta de longevidad;
- Limitación del consumo de azúcares y carbohidratos refinados;
- Proteínas bajas pero suficientes (0,8 gramos de pescado o verduras por kilogramo de peso corporal por día), siempre que no se pierda masa muscular;
- ayuno nocturno de al menos 13 horas;
- Actividad física y ejercicios de fortalecimiento muscular.
Además, Longo comenta a continuación tres alimentos que pueden tener un efecto protector contra los tumores:
Nueces
“Un puñado diario de frutos secos tiene un efecto antienvejecimiento y antitumoral”, dice.
Soja
Según Longo, “es mejor un consumo limitado, en su forma original y combinado con otras legumbres, especialmente en aquellos lugares donde la soja tiene una presencia habitual en la mesa, ya que se le atribuye un efecto tanto protector como cancerígeno”.
alimentos orgánicos
“Es posible que este tipo de alimentos contengan cuatro veces menos residuos de pesticidas y otros agentes cancerígenos que los cultivados de forma convencional, y según un estudio, consumirlos reduce en un 25% la probabilidad de padecer cáncer, según Longo, creador de la dieta de la longevidad. EFE
Conoce más sobre la dieta de la longevidad y el cáncer en el programa Ingrid y Tamara en MVS de lunes a viernes a las 12:00 horas por la 102.5 FM.
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