La espiral de la crisis energética global

Cuando todo parecía indicar que nada podía empeorar la crisis energética mundial, aparece un elemento adicional en el escenario, nos referimos a la decisión que hizo pública a principios de este mes la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de elevar exponencialmente el recorte que había fijado en septiembre en 100.000 barriles diarios a una reducción de la oferta de hasta dos millones de barriles diarios a partir de noviembre próximo.

La reducción de producción por parte de la OPEP no es algo nuevo, es un mecanismo recurrente que utilizan cuando lo consideran necesario para influir en el mercado; lo complicado es el escenario en el que lo hacen, cuando el mercado energético atraviesa uno de los momentos de mayor convulsión, en el contexto del conflicto armado en Ucrania; lo que deja muy claro que la crisis energética aún está lejos de tocar fondo.

Según la OPEP, la decisión apunta a frenar la caída de los precios; y de hecho, después del anuncio, hubo un aumento inmediato en los precios, por ejemplo, Brent subió a 93 dólares, pero sus efectos también tendrán efectos de gran alcance en la economía global y consecuencias geopolíticas.

El gobierno de Estados Unidos trató de frenar esta decisión, tratando de convencer al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, de aumentar la producción de crudo, el pasado mes de julio durante una gira del presidente Joe Biden por Medio Oriente; Al no lograr su objetivo, el gobierno de EE. UU. Acusó a la OPEP de ponerse del lado de Rusia en el contexto de la guerra con Ucrania.

Según varios analistas, la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo restará efectividad al nuevo paquete de medidas contra el petróleo ruso, que contempla poner límites a sus precios y, en caso de que no los respeten, se les negará el servicio de sus envíos.

La organización petrolera también ha puesto en un aprieto al gobierno del presidente Biden, que podría enfrentar un alza en los precios de los combustibles, recién en las elecciones intermedias del 8 de noviembre, para renovar la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, además de 36 gobernaciones

En cuanto a las implicaciones económicas, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) sostiene que el plan de la OPEP de reducir su producción echa por la borda las expectativas de crecimiento de la oferta petrolera y amenaza precios que rondan los tres dígitos, lo que «…puede ser el punto de inflexión para un economía que ya está al borde de la recesión». Todo lo anterior ha obligado a los países a colocar la seguridad energética como una prioridad de sus gobiernos, pilar de la soberanía y seguridad nacional en tiempos de conflicto armado e incertidumbre económica en el mundo.

POR MANUEL RODRIGUEZ GONZALEZ

DIPUTADO FEDERAL

PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ENERGÍA DE LA LXV LEGISLATURA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN

@MANUEL_RDGN

CAMARADA

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