los Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara Es la segunda feria del libro más grande del mundo, solo después de la de Frankfurt, Alemania, y la más grande del mundo editorial en español. Nació en 1986 por iniciativa y patrocinio de la Universidad de Guadalajara y se ha convertido en un símbolo de nuestro país, casi al nivel del tequila o el mariachi y, para los jaliscienses, ya se ha convertido en motivo de identidad.
Cada año se reúnen los máximos exponentes de las editoriales, escritores, personalidades de distintos ámbitos y público en general para escuchar las múltiples conferencias, paneles, foros y buscar algún título que esté en la lista de deseos de los lectores, así como escuchar las música que acompaña esta fiesta del libro. De igual manera, en cada edición hay países, ciudades o regiones como invitados especiales, en esta ocasión las letras árabes estarán por Guadalajara con la presencia de Sharjah, parte de los Emiratos Árabes Unidos.
Sin embargo, la FIL 36 está enrarecida por el ambiente político que se vive en la llamada Perla de Occidente. La política local actual es muy similar a la nacional en este momento, la Gobernador Enrique Alfaro tiene la mayoría en el Congreso de Jalisco, así como los municipios de la zona metropolitana de Guadalajara y tiene un rencor de larga data con Raúl Padilla López, presidente de honor de la FIL, promotor cultural reconocido internacionalmente, exdirigente estudiantil y, quien dice el gobernador, quien «controla la Universidad de Guadalajara (UdeG)”, además de ser quien sucedió al padre del gobernador, Enrique Alfaro Anguiano, en la rectoría de dicha casa de estudios.
En ese mismo espejo, en Guadalajara se ha presentado una “guerra de marchas”, primero el actual rector universitario, docentes, investigadores, sindicalistas, estudiantes y egresados salieron a las calles pidiendo al unísono un presupuesto justo para la UdeG, porque en la batalla de cifras, el actual gobierno dice que ha dado más que suficiente y, a la casa de estudios, le parece que no es suficiente. Por su parte, como contraataque, además del comunicado de que ningún funcionario público asistiría a la feria del libro, -presuntamente- el gobierno del estado organizó una marcha el día de la inauguración de la FIL, donde pudieron ver a diputados locales y federales. , funcionarios y miembros del partido MC con la consigna de que «Padilla saque las manos de la UdeG y la FIL».
Así, mientras en las inmediaciones del lugar se escuchaban los gritos contra la cúpula de la universidad y la feria, en los salones de la FIL se entregaba el «premio de lenguas romances» a Mircea Cartarescu, quien pronunció un discurso poderoso, un discurso que no escapa a la política y a lo revolucionario que es y debe ser la poesía. Un mensaje que resuena en nuestro país, mientras algunos gobernantes intentan a su vez destruir la cultura, la educación, las artes o las instituciones, las letras son y seguirán siendo un resquicio donde la sociedad debe refugiarse y entender que, -al igual que la política y la economía-, la literatura alcanza todas las dimensiones de nuestras vidas.
POR ADRIANA SARUR
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MAÍZ
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