LONDRES — Los precios al consumidor en la eurozona subieron al ritmo más rápido en casi una década en agosto, proporcionando una prueba temprana de la nueva determinación del Banco Central Europeo de permitir que la tasa de inflación exceda su objetivo si cree que será temporal.
Los precios fueron un 3% más altos en agosto que el año anterior, un repunte de la tasa de inflación del 2,2% registrada en julio y el aumento más pronunciado desde noviembre de 2011. El BCE apunta a mantener la inflación en el 2%, pero el mes pasado declaró explícitamente que lo haría dejar su tasa de interés clave como estaba si un período de inflación por encima de esa meta pareciera ser «transitorio».
El salto en la inflación se produce cuando los que fijan las tasas del BCE se preparan para su próximo anuncio de política el 9 de septiembre. Han dicho que es probable que el salto en la inflación sea el resultado temporal de la escasez en la oferta de una gama estrecha de bienes y servicios que disminuirá a medida que las economías de todo el mundo se reabren más plenamente.
Esa es una opinión que comparten muchos responsables políticos estadounidenses. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, reafirmó el viernes el plan del banco central de comenzar a revertir sus políticas de dinero fácil a finales de este año, y adoptó una posición que exige más paciencia sobre cuándo subir las tasas.
Los economistas creen que los responsables de la formulación de políticas del BCE pueden recortar ligeramente sus compras de bonos para reflejar una recuperación económica fortalecida, pero por lo demás tranquilizarán a los hogares y empresas de la eurozona de que los costos de endeudamiento no aumentarán pronto.
Fuente: WSJ