Salwa, la nena siria de 3 años que se hizo viral por el juego que le enseñó su padre para que se riera de las bombas que caían en la zona de Idlib, logró salir del país. Ya se encuentra a salvo en la vecina Turquía, lejos del horror.
«Están a salvo ahora. Salwa crecerá sin escuchar bombas», fue el mensaje que escribió en Twitter Mehmet Algan, un periodista y amigo de la familia que vive en Turquía y consiguió que el gobierno de Recep Tayyip Erdogan los ayudara. Junto al mensaje, publicó una foto de padre e hija abrazados en un auto.
«Querría dar las gracias al Gobierno turco por todo. Antes y después de la Revolución, Turquía ayudó a los sirios en cada uno de los aspectos. Turquía está haciendo además todo lo posible para los sirios que viven en sus fronteras», afirmó el padre de Salwa, Abdulá al Mohamed, a la televisión turca.
Salwa y su padre viven ahora en la localidad de Altinozu, donde el alcalde los recibió con regalos. «Ya está en su nuevo hogar, donde será feliz para siempre», dijo el edil.

Felicidad. Esto también es lo que siente Abdulá por haber logrado poner a su hija a salvo de las bombas. «Estamos lejos de la guerra, no hay explosiones, no hay aviones, no hay muerte», declaró al diario El País. «Es un lugar nuevo, no tengo trabajo, pero estoy feliz».
Un juego que se hizo viral
El caso de Salwa se hizo viral la semana pasada, con un video que mostraba a la nena riéndose cuando escuchaba el ruido de las explosiones se volvió viral en las redes sociales.
«¿Es un avión o un proyectil?», preguntó su padre, mientras que un zumbido cada vez más fuerte se hace oír. «Un proyectil», respondió sonriendo a la niña. «Cuando llega, nos reiremos», continuó.

En otro video, Salwa estaba de pie en las piernas de su padre. Su risa sincera es provocada por el estruendo siniestro de una bomba lanzada por un avión.
«Dime Salwa, ¿qué hizo el avión?», preguntó el padre. «El avión vino y me reí mucho. El avión nos hizo reír, nos dijo: ‘Ríanse de mí, ríanse de mí’», contestó la chiquita.

Según contó entonces, Abdulá inventó este juego para tratar de que no sufra el trauma psicológico de los bombardeos. «Más tarde se dará cuenta de que es la muerte. Pero cuando llegue ese día, también habrá comprendido quiénes somos y cuál es nuestra historia», confiaba Mohamed a la agencia de noticias AFP.

La provincia de Idlib, donde vivían y que es dominada por yihadistas y rebeldes, sufre una nueva ofensiva del gobierno de Bashar al Assad.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), más de 400 civiles murieron desde mediados de diciembre, entre ellos varios niños, en los bombardeos que también afectaron hospitales y escuelas. Según Naciones Unidas, cerca de 900.000 personas fueron desplazadas por la violencia.