La pandemia ha hecho que el gobierno del Reino Unido reconsidere su relación con los datos.

Nos ha costado una crisis global repensar nuestra relación con los datos. En los últimos meses, nuestra capacidad de compartir información vital de manera rápida, eficiente y, lo más importante, ético, ha sido una de nuestras armas más versátiles en la batalla contra el coronavirus. Mientras lees esto, los datos están literalmente salvando vidas. Y jugará un papel muy importante en nuestra recuperación.

A lo largo de esta pandemia, el NHS ha utilizado paneles tecnológicos para determinar dónde se necesitan más ventiladores, camas y dispositivos médicos. Su Servicio de Sangre y Trasplantes ha escaneado datos de salud para encontrar donantes con urgencia, mientras que los científicos de la Universidad de Oxford han desplegado registros digitales del NHS para comparar tratamientos, minimizar la carga sobre nuestro personal de primera línea y ayudarnos a encontrar una cura para Covid-19.

Tras el aumento de los casos de coronavirus en Leicestershire, el gobierno ha estado trabajando en estrecha colaboración con los socios locales, y todos los consejos en Inglaterra ahora tienen la capacidad de acceder a los datos de las pruebas para que puedan tomar medidas rápidas para hacer frente a los nuevos picos locales de infecciones.

Sin embargo, el impacto de los datos se ha sentido mucho más allá de la unidad de cuidados intensivos. Los modelos de banca abierta han permitido que las personas con necesidades financieras compartan sus ingresos con HM Revenue & Customs, acelerando sus solicitudes de nuevos derechos de asistencia social. Los datos ayudaron al gobierno a priorizar a los vulnerables para las entregas de comestibles, lo que solo fue posible porque el NHS, el gobierno y los supermercados lo compartieron. Y los datos permitieron a nuestro ejército de voluntarios del NHS apoyar a los necesitados.

Una muleta vital

Como ahora damos pasos tentativos hacia la normalidad, los datos serán una muleta vital para que nos apoyemos.

En las próximas semanas y meses, muchos de nosotros comenzaremos a regresar a nuestros lugares de trabajo, revisando nuestras calles principales y haciendo muchas de las cosas que solíamos dar por sentado, como ir de compras y viajar en transporte público. Los datos nos permitirán hacerlo de forma segura.

Los funcionarios de salud pública rastrearán los datos en tiempo real para monitorear los brotes regionales de la enfermedad. Google Maps podrá decirnos cuándo las tiendas, autobuses y trenes están más ocupados para que podamos ir cuando esté tranquilo. La tecnología portátil en nuestras muñecas emitirá un pitido cuando alguien esté a menos de seis pies, manteniéndonos seguros en el lugar de trabajo.

Los reguladores independientes continúan garantizando que nuestros datos se usen de manera adecuada y responsable. Pero esas preocupaciones se han equilibrado con el interés público convincente de compartir información vital rápidamente durante una de las peores emergencias de salud pública de nuestra historia.

Si el coronavirus nos ha enseñado algo, es que las empresas tecnológicas, las organizaciones benéficas y el sector público pueden trabajar juntos para innovar y responder con agilidad, al tiempo que defienden nuestros derechos. Con demasiada frecuencia, el debate sobre los datos se ha reducido a una falsa dicotomía entre ética e innovación. Esta crisis ha demostrado que puedes tener ambas.

No tengo la intención de dejar que la lección se desperdicie. A medida que avanzamos hacia la recuperación, quiero liberar a las organizaciones y empresas para que sigan utilizando los datos no solo para brindar servicios esenciales, sino también para innovar y experimentar, y alimentar una nueva era de crecimiento en el país. Quiero ver los datos, ante todo, como una oportunidad para aprovechar, no como una amenaza contra la cual protegerse.

Estrategia nacional de datos

Nuestra próxima estrategia nacional de datos será fundamental para ese esfuerzo. Se basará en las bases que demostraron ser tan efectivas durante la pandemia de Covid-19, que permitieron el uso de datos de mejor calidad y de flujo más rápido para resolver problemas económicos y sociales urgentes.

Reconocerá que los datos siempre han sido un impulsor clave del crecimiento económico y garantizará que las personas de todo el Reino Unido participen en la recuperación al darles acceso a habilidades y capacidades digitales cruciales.

A medida que trabajamos para garantizar la adecuación de los datos con la UE, esperamos que refleje el enfoque exitoso de la Oficina del Comisionado de Información durante esta pandemia y mantenga nuestros altos estándares, para que podamos crear el mejor régimen de datos posible.

En resumen, nuestra estrategia garantizará que el Reino Unido permanezca en el corazón de la revolución de los datos.

Actualmente estamos en medio de la primera pandemia mundial de la era digital. Cuando se trata de datos como una fuerza para el bien, nos muestra el arte de lo posible.

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