la riesgosa jugada de Lula da Silva

Según Folha de Sao Paulo, serían Fernando Haddad, del PT, en Finanzas y el liberal Pérsio Arida en Planificación. Desconfianza en los mercados.

El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, habría decidido crear una curiosa combinación al frente del área económica, con un hombre del riñón de su Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, en el Ministerio de Hacienda, y un liberal duro como Pérsio Arida, en el Ministerio de Planificación. Esta última cartera es la encargada del Presupuesto y los planes de reforma del Estado.

El periódico Folha de São Pauloquien consignó la versión, afirmó que la intención del próximo gobernante, que asumirá el cargo el 1 de enero, será mantener al partido a cargo de las decisiones estratégicas (Haddad) pero abriendo espacio para la influencia de un economista de perfil ortodoxo (Arida).

La versión, al menos respecto de Haddad, pareció confirmarse este viernes cuando el presidente electo lo envió a ofrecer el discurso en el almuerzo anual de la cámara bancaria brasileña, Febraban. Pero el mensaje, considerado vago y sin precisión, no se conformó. La bolsa de valores volvió a caer el último día de la semana 2% y el dólar subió.

Arida, quien es miembro de los equipos de transición de Lula, no comentó si aceptaría ingresar al próximo gobierno en esas condiciones. La intención del próximo presidente sería anunciar los dos nombres juntos para paliar cualquier reacción que pudiera producirse.

Combinatorio dos personalidades opuestas en el liderazgo económico es cuanto menos una apuesta arriesgada.

Haddad, un ex ministro de Educación con un doctorado, una licenciatura en derecho y una maestría en economía, no es del agrado de los mercados. Fue el candidato a presidente elegido por Lula en 2018, cuando el líder del PT fue encarcelado, acusado de corrupción.

Haddad es cuestionado por su sesgo ideológico y también duro negociador, en un momento que exigiría un esgrimidor delicado por el complejo frente opositor al que se enfrentará el nuevo gobierno.

Lula da Silva y su esposa, Rosangela «Janja» da Silva, vistiendo la camiseta de Brasil durante el partido de su equipo contra Serbia el jueves en la Copa del Mundo en Qatar. Foto: REUTERS

retos

Lula ganó las elecciones pero por una mínima diferencia de 1,8% de los votos. El presidente saliente, Jair Bolsonaro, reunió casi la mitad de los votos del país, sus aliados controlan la legislatura y los gobiernos de varios estados clave del país. La economía en Brasil se discute en el Congreso, precisamente.

La propuesta más urgente a negociar en el Parlamento es precisamente la que permite una licencia en el gasto que supere el tope que la ley fija para los gastos públicos. Este tema se ha vuelto un lío para el partido de Lula y se ha estancado en medio de serios problemas de articulación, sostiene. Folha de São Paulo en su crónica.

Haddad eludió ese tema en su discurso a los banqueros, amplificando la inquietud de ese sector del poder económico.

La victoria de Lula en las elecciones fue bien recibida por los mercados, con alzas al día siguiente de las elecciones. Pero pronto esas reacciones se volvieron negativas.

La demora en nombrar al nuevo titular de la cartera económica operó en ese sentido, al igual que los discursos del presidente electo en los que sostuvo que prefería ceder a la responsabilidad fiscal en aras de una mayor valorización de lo social.

Isaac Sidney, presidente de Febraban, afirmó en su mensaje de apertura del almuerzo que «los bancos están a favor de la distribución del ingreso, pero lo que el país necesita es creer para sostener estas políticas sociales».

Haddad, por su parte, afirmó en su discurso que una de las prioridades del tercer gobierno de Lula será la reforma fiscalcon una reformulación de los impuestos sobre los bienes y la riqueza.

Folha Señaló que el ex ministro de Educación tiene dos características importantes para Lula: afinidad y confianza.

Fuente: Redacción Clarín

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