la verdadera razón por la cual el Papa no vino a la Argentina

Diez años después de ser elegido Papa el argentino Jorge Bergoglio la pregunta resuena cada vez con más fuerza entre sus compatriotas y, en este punto, más allá de las fronteras de su patria: ¿Vendrá Francisco a la Argentina? ¿O se convertirá en el primer pontífice no italiano en no ir a su tierra natal?

¿No fue Juan Pablo II a Polonia?lo hizo varias veces– ¿Y Benedicto XVI a Alemania? Y si no lo hace, ¿sería esto una ofensa para los argentinos? ¿Cómo quedaría su ausencia en la historia de su país? De todos modos, ¿Cuál es la verdadera razón por la que no viniste hasta ahora?

El ensayo de una explicación requiere explora tu personalidad, la realidad de la Iglesia en Argentina y, sobre todo, la situación del país. Pero también mezclarlo con cuestiones fortuitas.

Por ahora Francisco nunca quiso mostrar preferencia por su patria. Se cuidó de dejar claro que él era el Papa del mundo. De hecho, no convocó a ningún argentino para que lo asistiera y, en general, a compatriotas para cargos en el Vaticano, a diferencia de Juan Pablo II, a quien se culpó de “haber llenado la curia romana de polacos”.

En otras palabras: no se iba a apresurar a ir a su país.

Por qué Juan Pablo II y Ratzinger viajaron

Más allá de las personalidades de cada uno, es cierto que Juan Pablo II fue a Polonia siete meses después de ser elegido, pero con una situación política completamente diferente a la de Argentina.

Su tierra estuvo bajo una dictadura en la órbita del imperio soviético y luego se supo que había jugado un papel importante en el desmembramiento de la URSS. Para muchos observadores, su primer viaje fue el principio del fin del régimen en su tierra natal.

Benedicto XVI viajó a su país antes: sólo cuatro meses después de haber sido elegido. Es que mucho antes de que Alemania hubiera sido elegida como nueva sede de una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud que la Iglesia celebra cada tres años.

Es una cita ineludible para los pontífices. El primer viaje internacional de Francisco fue también cuatro meses después de su elección a Río de Janeiro, precisamente para participar en una nueva edición de ese multitudinario encuentro.

Por supuesto, como Francisco no fue a su país al comienzo de su pontificado, las cosas aquí empezaron a complicarse. Las autoridades de la Iglesia argentina -aunque esperaban con ansias su visita- no estaban mostrando el liderazgo suficiente para que toda la institución, es decir, el clero y los fieles, comenzaran a prepararse espiritualmente.

No hay que olvidar que el Papa es un líder religioso que ante todo va a cada país para confirmar a los católicos en su fe y promover el Evangelio.

Pero, sin duda, el gran escollo fue -desde la perspectiva vaticana- que su figura comenzaba a ser controversia política en su país

la visita de cristina

Todo comenzó con la primera visita que la entonces presidenta Cristina Kirchner realizó al Vaticano. Foto: ANSA

Todo comenzó con la primera visita que le hizo la entonces presidenta Cristina Kirchner: en esa oportunidad, ella le dijo que creía que él «era otra cosa» y se disculpó luego de que su esposo lo hubiera considerado. el “líder espiritual de la oposición” e impulsó su proceso judicial por supuesta complicidad con la dictadura.

En esa reunión, ella le pidió ayuda. Tiempo después, Francisco, temeroso de que ella dimitiera o se viera obligada a ello, como le ocurrió a De la Rúa, dejó salir la famosa frase: «Hay que ayudar a Cristina».

Francisco comenzó ser visto como peronista y, más precisamente, como kirchnerista y, por tanto, colocarse de un lado de una grieta creada por los Kirchner, pero a la que contribuyó Mauricio Macri porque pensó que le traería ganancias electorales.

Habiendo recibido más tarde kirchneristas conspicuos -aunque también en repetidas ocasiones a muchos de los Pro- y los gesto sombrío junto al entonces presidente Mauricio Macri alimentaron la polémica.

El tétrico gesto junto al entonces presidente Mauricio Macri alimentó la polémica. Foto: AFP

No importa que le preocupara que Macri estuviera en primera fila el día que asumió después de que Cristina lo excluyera de la delegación oficial. O que le dijo a Macri que dos de sus principales colaboradores hicieron campaña en su contra.

La relación con Cristina no terminó bien. Francisco consideró que hizo un uso político abusivo del enlace, entre otras cosas. También con Alberto Fernández en la presidencia, la relación empezó bien. Lo ayudó en la renegociación de la deuda con el FMI, pero el vínculo también se vio afectado -y gravemente- porque él también hizo un uso político del vínculo, siguió con el crack y provocó el aborto en el peor momento de la pandemia.

Lo cierto es que Francisco se convirtió en blanco de críticas. La Secretaría de Estado del Vaticano, una de las organizaciones mejor informadas del mundo, empezó a desaconsejar el viaje.

Francisco y Alberto Fernández en una audiencia privada, en 2020. Foto: ANSA

Consideró que todo lo que decía o hacía por estos lares sería controvertido. Y en lugar de contribuir a la unidad de los argentinos -el gran deseo del Papa junto con la revitalización de la Iglesia- profundizaría la división.

En el libro recientemente publicado “El Paso”, Francisco dice que estuvo cerca de irse a Argentina en noviembre de 2017 repitiendo el camino que hizo Juan Pablo II en 1987, es decir, cubriendo Uruguay y Chile.

Sin embargo, señala que la gira fue complicada porque había elecciones en Chile. Y que luego se organizó la visita a Chile para enero -y se sumó Perú-, pero quedó fuera su país y Uruguay porque en ese mes hay mucha gente de vacaciones.

Misa en la Catedral de Buenos Aires por los 10 años de papado. Maxi Falla

Después de notar que vivió 76 años en argentina y ahora como Papa le toca ir a otras naciones y afirmar que no se siente lejos de su tierra, afirma: «Es injusto decir que no quiero ir a Argentina» y que «el propósito de viajar sigue siendo válido». Otra cosa, claro, es que finalmente se materialice.

Cerca dicen que habrá que ver qué pasa en Argentina después de las elecciones, Si el nivel de voltaje cae. Y, por supuesto, cómo evoluciona la salud de Francisco, que hoy se encuentra muy bien, recuperándose de la rodilla. Por ahora, el enigma continúa.

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