Las aerolíneas europeas han iniciado una ofensiva contra el impuesto al queroseno elaborado por la Unión Europea con el objetivo de gravar las emisiones contaminantes de los aviones.
En una reunión celebrada este martes en Barcelona, Airlines For Europe (A4E), Association of Airlines (ALA) y European Regions Airline Association (ERA) exigieron frenar la creación de este nuevo impuesto a los estados miembros, que conservan competencias en este asunto. fiscal. “Somos el chivo expiatorio de todo el sector del transporte”, lamentaron los representantes de estas tres patronales, Ourania Georgoutsakou (A4E), Javier Gándara (ALA) y Montserrat Barriga (ERA).
Según estas asociaciones, que representan a la gran mayoría de las compañías aéreas de la UE, el impuesto al queroseno supondría una “doble imposición” ya que, desde su punto de vista, la normativa europea ya grava las emisiones de gases de efecto invernadero, como el CO2, a través del régimen de comercio de derechos de emisión ( ETS) que fue aprobado hace más de diez años.
Varias patronales alertan de que los costes se duplicarán y que el precio del billete de avión subirá un 6%
En la reunión, los representantes aseguraron que si finalmente el impuesto sale adelante, «se duplicarán los costes del combustible, que ahora representan el 30% de los gastos» y que «este incremento se verá reflejado en el precio final de los billetes». del avión». Según un estudio encargado por la consultora Steer, el incremento será del 6% en los vuelos entre Cataluña y cualquier país de la UE, y del 6,5% en el conjunto de España. El estudio va más allá y asegura que el incremento de precios reducirá casi un 9% la llegada de turistas extranjeros a España, hecho que repercutirá directa e indirectamente en el gasto y el empleo turístico: “La tasa del queroseno supondría una reducción del PIB catalán de 724 millones de euros y de 7.700 millones del PIB catalán. PIB español”, señala el informe de Steer, que también indica que provocará la pérdida de 50.000 puestos de trabajo en España.
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Tal y como exige la normativa europea, la aprobación de un impuesto de esta magnitud requiere la unanimidad de todos los países de la UE. A pesar de este estricto requisito, las aerolíneas temen que el impuesto siga adelante, ya que la normativa prevé exenciones para los países insulares y las regiones ultraperiféricas. En España, Canarias y probablemente Baleares estarían exentas. Son dos territorios muy turísticos cuya industria podría verse beneficiada en detrimento de la catalana, que también podría sufrir la competencia de vuelos comunitarios a destinos extracomunitarios, exentos del impuesto, como Marruecos, Túnez o Turquía.
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