Las dos caras del cristal

La historia de la paliza comienza cuando, a pesar de los designios para favorecer a un plagiario académico, el Ministra Norma Piña rompe techos de cristal en el poder judicial. Por su parte, el senador demuestra que tiene un carácter de cristal, se baja de la junta directiva y desde la tribuna pide «ayuda» para unas «amenazas», que desde el rigor del análisis lingüístico o desde el punto de vista gramatical aplicable. a la derecha, las amenazas no se ven por ninguna parte.

El senador debe ampliar sus parámetros para evaluar cuáles son efectivamente las agresiones y amenazas de un poder público a otro. Por lo que parece, no se da cuenta de los epítetos que han surgido desde la conferencia del palacio, que son insultos absolutos.
dirigida a los ministros que cumplen con el mandato constitucional que les fue conferido y sin reservas se atreven a sentenciar la nulidad de leyes y decretos que fueron formulados por pulsaciones autoritarias que son constitucionalmente inadmisibles.

El respeto a la independencia judicial es fundamental para mantener un sistema de equilibrio y frenos y contrapesos en cualquier democracia. La Corte Suprema de Justicia juega un papel crucial en la interpretación y aplicación de las leyes, así como en la protección de los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos. cuestionar públicamente la integridad de la Corte y su presidente, sin pruebas concretas, tiene el propósito de socavar la confianza de la sociedad en el sistema judicial y socavar la legitimidad de las decisiones judiciales.

Además del exceso retórico autoritario, es importante reconocer el componente de género en este contexto. La violencia de género se refiere a cualquier acto que tenga como objetivo menoscabar o anular el reconocimiento de una mujer, en el caso de Norma Piña, los morenistas pretenden menospreciarla en el ejercicio de sus facultades utilizando términos peyorativos e inhabilitantes hacia ella como presidenta de la corte.

Este tipo de declaraciones, en las que se desacredita a las instituciones judiciales, se interpretan como un autoritarismo excesivo por parte del ejecutivo. El requisito indiscutible de todo sistema que se pretenda democrático es la independencia de los poderes,
para evitar la concentración excesiva de poder en una sola instancia.

Tengo claro que es importante promover un diálogo constructivo y respetuoso entre los poderes del Estado, basado en argumentos racionales y objetivos. Las discrepancias políticas son naturales en una democracia, pero deben enfocarse en favorecer la toma de decisiones, evitando caer en ataques personales infundados. Fomentar un ambiente de respeto garantiza el buen funcionamiento de las instituciones en beneficio de toda la sociedad. Por eso, insisto, ante la histórica proeza de romper los techos de cristal y el carácter para cumplir la ley; toda afirmación carente de rigor es cuestionable.

POR LORENA PIÑÓN RIVERA

diputado federal

@lorenapignon_

MAÍZ

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