
A través de un mensaje televisivo, el entonces presidente de Perú, pedro castillo trató de dar un golpe de estado aún quedan revelaciones de aquellos dramáticos 76 minutos en el que gran parte del Perú creía que entraría en una dictadura.
Hace apenas dos semanas, Castillo quería cerrar el Congreso, encarcelar al Fiscal Nacional, establecer un toque de queda y pedir una reforma constitucional. Eso desató una serie de llamadas frenéticas, rumores de persecución policial a los jueces y un operativo de defensa sin precedentes en el Palacio de Tribunales.
«¡Cierra las puertas!»fue la orden de la Corte Suprema de Justicia cuando creían que serían detenidos.
El 1 de diciembre, un centenar de vecinos de Huanta (Ayacucho), 600 kilómetros al sureste de Lima, incendiaron una Fiscalía por la liberación de dos menores acusados de asesinar a su compañero de colegio. El hecho violento conmovió al presidente de la Corte Suprema de Justicia del Perú y del Poder Judicial, Elvia Barrios que fue al lugar.
Seis días antes del golpe de Castillo, Barrios fue a apoyar a sus compañeros judiciales pero en ese viaje se puso covid y volvió a Lima.
En la capital peruana ya se palpaba la tensión política. En los 16 meses de la administración de Castillo, el acoso al Congreso fue permanente. Castillo había esquivado dos intentos de vacante (remoción) y se preparaba para enfrentar un tercero en la tarde del miércoles 7 de diciembre.
El Congreso estuvo a punto de votar por la vacante y a las 11:56 se transmitió por televisión el mensaje presidencial. Vestido con la banda presidencial, Castillo se convirtió en golpista: «Se dictan las siguientes medidas: disolver temporalmente el Congreso de la República y establecer un gobierno excepcional de emergencia».
Con un temblor en sus manos, anunció que también dictó “convocar en el más breve plazo a elecciones para un nuevo Congreso con facultades constituyentes para elaborar una nueva Constitución en un plazo no mayor a 9 meses”.
Más allá del clima enrarecido, el mensaje sorprendió a la Corte. “Ella estaba haciendo trabajo remoto ese día porque estaba con covid, aislada. Lo primero que hice fue venir al Poder Judicial porque esta era mi casa y tenía que defenderla”, dijo Barrios. Clarín.
«Solicité con urgencia que sacar los discos duros y puse los archivos en custodia. Mandé que subieran varias cosas a la nube desde informática. y que me saquen todo lo que podría ser destruido”, revela Elvia Barrios, la primera mujer de la historia del Perú para ser presidente del Poder Judicial.
La reacción fue el producto de la experiencia. En el último golpe de estado, el gobierno del dictador Alberto Fujimori Se robaron archivos confidenciales.
“Llamé a los jueces ya todos los poderes del Estado. Llamé a José Williams (Presidente del Congreso) y me dijo que estaban debatiendo. Llamé a la Fiscal Nacional y le dije: ‘Es muy probable que nos vengan a arrestar, pero todos tenemos que defendernos‘. Y la cité al Palacio de Justicia a las 13:30”, remarca Barrios.
A las 12:25 horas comenzaron a anunciarse las renuncias de varios ministros del gabinete de Castillo, pero la tensión continuaba. “Llamé al presidente de la Corte Constitucional, le expliqué la gravedad del tema. Y me dijo: ‘Me voy con todos mis tribunos, o sea, todo el Tribunal Constitucional’. Y así llamé a todas las instituciones: Contraloría General, Defensoría del Pueblo, cada una de ellas y todos me dijeron que estaban en el poder judicial«.
La posible detención de los jueces
Barrios convocó una conferencia de prensa de inmediato. A las 13:01 dio un mensaje al país que yo no apoyaria el autogolpe. «Fue entonces cuando vino un personal y dijo: ‘Presidente, la policía viene por la avenida Abancay, viene a tomar el Poder Judicial’. Y ordené: «Cierra la puerta, ponle hierro y seguridad adentro».
Las órdenes se sucedían, los nervios crecían porque más allá de la unidad del Poder Judicial, la clave del intento de golpe de Castillo era saber ¿Qué harían los comandantes de las Fuerzas Armadas?.
Como presidente de la Corte, Barrios se había cruzado con los militares en actos oficiales. No confiaban, pero en algún diálogo informal y ante la posibilidad latente de una alteración del orden constitucional, el presidente de la Corte asegura haberles deslizado: “Recuerden que el brazo de la ley se extiende y el derecho penal actúa aun cuando pasen los años”.
Barrios, que supo ser presidente del sistema anticorrupción e intervino en la condena de Fujimori, pidió comunicarse con cada militar apenas vio el mensaje de Castillo con el golpe.
En un clima tenso, con el temor de ser detenido, Barrios inició las conversaciones enfáticamente: “Soy el presidente del Poder Judicial y como poder del Estado les digo que no voy a acatar este mandato inconstitucional”. Y continuó: “Me voy a defender y quiero saber cual es tu posicion sobre este autogolpe institucional”.
La respuesta no se hizo esperar, cada uno respondió: “No lo vamos a respetar, no lo vamos a acatar”.
Sin el apoyo de los militares, la duda pasó por el Comandante General de la Policía Nacional del Perú, Raúl Enrique Alfaro Alvarado. “Había trabajado mucho en módulos de flagrancia y tenía una relación cordial. Supuse que era el único que apoyaba a Castillo porque se hablaba de que yo estaba muy cerca de el”, dice Barrios.
Y la tensión iba en aumento: «Mi secretaria lo había estado llamando, llamó y no respondió, no respondió, no respondió. Hasta que ella respondió. Con él yo era un poco más severa”, admite.
«Yo le dije: ‘Soy presidente del Poder Judicial y como presidente le digo que el brazo de la ley se extiende en el tiempo para cualquier golpista, dígame cuál es su posición institucional porque yo no voy a acatar ningún mandato inconstitucional'». , dijo Barrios y la respuesta también fue un «No» al golpe.
A las 13:33, Castillo salió de Palacio de Gobierno rumbo a la embajada de México en Lima y 16 minutos después fue destituido por el Congreso.
El mismo personal que le había dicho al Juzgado que los militares avanzaban por la céntrica avenida Abancay, cosa que era falsa, le dijo luego que lo habían detenido. Eran las 2:12 pm de un miércoles agitado.
Cuando el comandante de la Policía Nacional le dijo al titular de la Corte Suprema que no se plegó Tras el golpe de Estado, a Barrios le llamó la atención la pregunta que muchos todavía hoy se hacen en el Perú: «Entonces, ¿quién está con este hombre?»
Lima, enviado especial
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