Lecciones del juicio a García Luna

El juicio de Genaro García Luna deja lecciones importantes para la 4T. En una versión gratuita y muy compacta, las cosas han sido más o menos así:

“Ay, con el juicio de García Luna Calderón va a salir súper manchado. Saquen las palomitas, esto se va a poner bueno”. “Malditos medios, no hablan del juicio. Son conservadores. Protegen sus intereses. Y también saldrán manchados. Estaban en la nómina. —Es horrible. Mira las encuestas de opinión. La mitad de la gente no ha oído hablar del juicio. Hay una campaña de desinformación”. “Mira, ahora sí, van a embarrar a Calderón.

A ver si no acaba en la cárcel”. “Neto, aquí viene lo de Calderón. Casi. ¿Has visto a los moneros hoy? Genial”. “¡Ja, ja, ja! Luego dicen que soy yo el que tiene que ver con los de Sinaloa. Ahí está: protegieron al cartel. Por cierto, el señor Guzmán me tiene con el alma de un hilo. Es inhumano lo que le está pasando». «Señor, lamento interrumpirlo, pero tenemos un problema con el juicio». «Dígame, Ramírez». de Rey Zambada contra su gloriosa administración en la capital”.

“Falsificadores, calumniadores, corruptos. No, no el Sr. Zambada. ¿Cómo cree que Él es mucho más recto. Todo mi respeto. Me refiero a los conservadores y en especial a ese abogado, ese impresentable. Él es un ladrón. Estoy pensando en demandarlo. Bueno, vamos con el avión presidencial. Dile a los moneros que empiecen con unas viñetas. Un Calderón en un avión de lujo, o algo así. No, no metas a Peña”.

¿Cuál es la lección? Que si en los tribunales se dedican a presentar delincuentes como testigos, conviene tener dudas sobre su credibilidad, al menos de boca para afuera, sobre todo porque, comprensiblemente, están dispuestos a declarar cualquier cosa a cambio de un acuerdo con los gringos.

Que las dudas son aún más apropiadas cuando en su administración no hay, digamos, un alarde de virtuosismo a la hora de embolsarse lana, preferentemente en efectivo, aunque sin repugnantes negocios familiares, y cuando muchas de las personas que están en su administración O vienen de partidos que gobernaron en algún momento, o llevan años en el sector público, al servicio del pueblo.

Y, por supuesto, que el dinero en efectivo no es, en general, un tema al que deba acercarse mucho, por razones que todos conocen. Porque a medida que las cosas se complican, y se complicaron, tus llamados de atención al juicio pueden terminar eclipsando la corrupción del acusado y, en un efecto boomerang, poner bajo sospecha a tu gobierno igual de dudoso que los anteriores, más cuando la DEA dice que ahí es donde tienes la tarea de lidiar con el crimen organizado, si no es demasiado problema.

En otras palabras, y por resumir, la lección es no quedarse estancado.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@juliopatan09

MAÍZ

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