Legislativo en Türkiye (más) a la derecha

El 14 de mayo se celebraron elecciones presidenciales y parlamentarias en Türkiye. Dado que ningún candidato a la Presidencia logró alcanzar más del 50 por ciento de los votos, el actual presidente Recep Tayyip Erdogan y el candidato opositor Kemal Kiliçdaroglu se enfrentarán en una segunda vuelta el 28 de mayo. Las posibilidades de que el presidente Erdogan logre mantenerse en son altos, pero Kiliçdaroglu ha logrado unir buena parte del apoyo de la oposición.

Asimismo, en la última jornada electoral también se disputaron los 600 espacios de la Gran Asamblea Nacional. El análisis del Poder Legislativo -en Türkiye y en el mundo- es relevante para tratar de comprender a la población de un país. Precisamente en estos espacios se reflejan las preferencias, ideologías y deseos de los habitantes.

Voces dentro y fuera de Turquía señalan que los resultados de las elecciones legislativas beneficiaron más que nunca a las organizaciones conservadoras, islamistas y profundamente nacionalistas.

La coalición del presidente Erdogan, encabezada por el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) y acompañada por el Partido Acción Nacionalista (MHP, por sus siglas en turco) entre otras asociaciones de extrema derecha, ocupará 266 escaños en la Asamblea. Algunos de estos grupos han sido acusados ​​de mantener una agenda hostil hacia los derechos de las mujeres, los grupos minoritarios y los antiinmigrantes. Si bien la presencia de la coalición gobernante pasó de 296 a 266 escaños, mantiene una importante mayoría que les permitirá seguir actuando con independencia.

Además, de los 169 escaños ganados por el Partido Popular Republicano (CHP, por sus siglas en turco) -liderado por Kiliçdaroglu- 34 corresponden a organizaciones islamistas que se sumaron a la oposición; incluidos dos partidos creados por ex ministros del presidente Erdogan. De esta manera, formalmente, el CHP solo tendrá 135 espacios, lo que obviamente no será suficiente para frenar o bloquear las iniciativas del AKP. Por tanto, se puede afirmar que, también en la oposición, el nacionalismo islámico encontró espacio para proyectar sus intereses y objetivos.

En los últimos años, el discurso oficial que ha buscado islamizar las instituciones del Estado y la vida pública ha empoderado a organizaciones que en otros momentos habrían moderado su agenda. En gran medida, este movimiento de gobierno permitió que su apoyo popular se expandiera por todo el país. Incluso, de cara a la segunda vuelta, el propio Kiliçdaroglu ha buscado el voto de la derecha a través de un discurso antiinmigrante, lo que demuestra la importancia y tamaño de ese público a ganar.

Por un lado, si el presidente Erdogan renueva su mandato, contará con el amplio respaldo del Poder Legislativo cercano a su proyecto, con capacidad de actuar de manera independiente. Pero, por otro lado, si Kiliçdaroglu finalmente sale victorioso, se enfrentará a una Asamblea Nacional opuesta a sus objetivos, incluido el fortalecimiento del Estado laico y la neutralización de lo que, desde su perspectiva, es el legado del islam político en Türkiye.

Por ahora solo resta esperar a la segunda vuelta presidencial para entender finalmente el tipo de relación que se establecerá entre poderes, vital para la vida pública de un país.

POR DAVID HERNÁNDEZ LÓPEZ

Miembro de la Unidad de Estudio y Reflexión del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi) “África, Medio Oriente y Sudeste Asiático” e integrante de su Programa de Jóvenes

Investigador del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques del Senado de la República.

Licenciada en Relaciones Internacionales por la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

Maestría en Estudios de Relaciones Internacionales en el Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM

LSN

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