los 20 millones de votos que puede dar la sorpresa

La extraordinaria incertidumbre que domina la inminente segunda vuelta electoral en Brasil mantiene vivo el debate sobre que terminara pasandosi la victoria de Lula da Silva en la primera vuelta puede o no ser revertida por el presidente Jair Bolsonaro.

como dice la revista VerSi eso sucediera, sería una hazaña sin precedentes en la historia electoral de Brasil. El polémico presidente tendría que reunir más de 6 millones de votos para llegar a la reelección, técnicamente imposible según las estadísticas.

Pero Lula, que es un viejo zorro político, no abandones la carrera. no esta mal Son cinco las microrregiones de Minas Gerais o Gran São Paulo, con más de 20 millones de electores que podrían armar una gran sorpresa el próximo domingo por el giro que ha exhibido el voto en esas fronteras.

Ahí es donde los dos candidatos centran el grueso de sus campañas convencidos de que todo puede pasar. Quedan pocos días y debate el viernes antes de las urnas.

Las miradas

A pesar de los pronósticos que le daban una victoria contundente, Lula en el primer encuentro obtuvo cinco puntos por encima de Bolsonaro. El presidente sorprendió con el 43% de los apoyos y un importante avance en la legislatura, donde su Partido Liberal tendrá las principales minorías en Senado y Diputados.

En una reunión de este cornista con argentinos residentes en São Paulo, un veterano periodista descartó la posibilidad de una reversión de los resultados. “El 48,4% que recaudó Lula es muy solido. Incluso si tuviera todo a su favor, Bolsonaro no podría sumar los votos que le faltan en tan poco tiempo”.

Lula da Silva haciendo campaña en Ribeirao das Neves, en el estado de Minas Gerais, este fin de semana. Foto AFP

Un economista aceptó pero con dudas. “Los brasileños pueden modificar su voto en la primera vuelta, no debe descartarse, especialmente los evangélicos”. Una alternativa es reducir la abstención, que fue récord en la primera cita, la mayor en un cuarto de siglo, en un país donde el voto es obligatorio.

Pero en este caso, la mayoría coincidió en que una mayor presencia beneficiaría al PT. “Hay un votante muy escéptico que se aleja de las urnas porque asume a Bolsonaro como un extremista y a Lula como alguien que le debe explicaciones a la sociedad y no se las ofrece”, concluyó otro asistente convencido de que la abstención crecerá como ha sucedido en todas las votaciones.

Según el diario estado de hecho hay una importante ventana de duda. “Al menos cinco microrregiones de Brasil se han convertido en el objeto central de la disputa en esta segunda vuelta electoral”, dijo.

Con más de 20 millones de electores, Triángulo Mineiro, Zona da Mata, Región Metropolitana de Belo Horizonte -todas en Minas-, Pampa Gaúcho y Gran São Paulo son las áreas donde hay mayor posibilidad de reversión de votos, resumió.

Es cierto que el voto ya no está disperso como antes, sino concentrado por regiones. Por ejemplo, el PT es más fuerte en el Nordeste o en el Norte. Y los candidatos con mayor perfil derechista prevalecen en el Sur, Sureste y en el Medio Oeste nacional.

Pero en estados como Minas Gerais, el segundo más poblado del país después de São Paulo, hay votantes de clase media y media-baja que se identifican más con Lula que con su partido, que abre una importante ventana de campaña para esa fuerza. En ese estado, el expresidente ganó el 2 de octubre, pero el gobernador Romeu Zema, un empresario liberal aliado de Bolsonaro, ganó la reelección.

oscilaciones entre los votantes

La politóloga Daniela Constanzo, citada por el diario, remarca que hay oscilaciones que son «las que van a resolver la elección». Las campañas lo saben y por eso se están concentrando en las ciudades de Minas y la periferia de São Paulo, incluso superponiéndose. la pose es convertir votos además de consolidar a quienes ya los eligieron.

Hace cuatro años, Bolsonaro triunfó en estos espacios, impulsado en gran medida por el enojo social contra el PT por el gigantesco escándalo de corrupción Lava Jato que estalló en los últimos gobiernos de Dilma Rousseff. El presidente lo está intentando ahora. tirar de esa misma punta. Tiene razones para creer en esa estrategia.

Presidente Jair Bolsonaro, la lucha por San Pablo. Foto AP

El partido de Lula da Silva siempre ganó en la periferia de São Paulo hasta que ese desastre de prestigio lo detuvo. Otro dato relevante de la primera vuelta es la derrota del PSDBla fuerza de Fernando Henrique Cardoso que dominó el gobierno del Estado durante 28 años y hoy apoya a Lula.

Para sorpresa de los encuestadores, cayó frente al exministro de Infraestructura de Bolsonaro, Tarcisio Gomes de Freitas, del Partido Republicano, quien también dejó muy atrás al candidato del PT Fernando Haddad, 42,3% sobre 35,7% respectivamente.

San Pablo, vale recordar, es el distrito más poblado del país, con 44 millones de habitantes y poco más de 34 millones de electores. En ese universo hay muchos respuestas de la boleta.

No debe sorprender que Bolsonaro esté ahora en campaña con su exministro de Justicia y exadversario, Sergio Moro, quien, como juez, fue quien lideró la investigación Lava Jato y logró enviar al propio Lula a prisión acusado de pasivo corrupción, un juicio y delitos que la Corte Suprema anuló.

«Los gobiernos del PT fueron manchados por escándalos de corrupción, no podemos permitir que el PT con todos esos escándalos regrese al poderInsiste Moro, que acaba de ganar un escaño como senador, en un spot publicitario de la campaña de Bolsonaro.

Lula, a su vez, en puro realismo, apoya a la senadora de centroderecha, Simone Tebet, tercera en la votación del 2 de octubre, empresaria, propietaria de tres fincas, una en un área reclamada por los indígenas, antiaborto, celebrado por la agroindustria y que apoyó leyes del actual presidente como la del porte de armas en zonas rurales.

Esa presencia en sus mítines le da al ex presidente un soplo de confianza entre el electorado más conservador de clase media y media baja en esos mismos distritos, donde muchos votaron por Bolsonaro para no votar por Lula.

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