La responsabilidad de compartir públicamente las experiencias de quienes han pasado por situaciones traumáticas merece un enfoque delicado y respetuoso. Lamentablemente, la revictimización es una realidad que puede surgir en diferentes contextos, particularmente en el ámbito periodístico.
En el ejercicio del periodismo son fundamentales la sensibilidad, la neutralidad y la empatía a la hora de informar sobre hechos traumáticos. Las víctimas ya han afrontado experiencias difíciles; Por lo tanto, es crucial que los medios eviten volver a victimizarlos al contar sus historias. Respetar su privacidad, validar sus experiencias y evitar detalles innecesarios o sensacionalistas es fundamental para ejercer una prensa ética y responsable. Lamentablemente, en ocasiones, algunos medios se centran más en el morbo que en la relevancia del respeto y la información.
El impacto de las palabras es significativo en la presentación de una historia. Es vital que los periodistas utilicen un lenguaje respetuoso y compasivo al informar sobre incidentes traumáticos. La elección de palabras y la narrativa pueden influir en la percepción pública y el impacto emocional que una noticia tiene en las víctimas y sus seres queridos.
La revictimización se produce cuando se promueve el discurso de odio o se proponen escenarios que parecen justificar dicha violencia. El respeto a la privacidad de las víctimas es un principio fundamental. En el caso de México, quienes denuncian merecen confidencialidad en sus nombres, datos y carpetas de investigación. Antes de divulgar cualquier información relacionada con un evento traumático, es fundamental obtener el consentimiento informado de los afectados, entendiendo que la vida de estas personas estará expuesta al escrutinio público. La revictimización puede obstaculizar el proceso de recuperación de quienes han sufrido un trauma o estrés postraumático. El manejo inadecuado de su historia puede desencadenar emociones dolorosas y reabrir heridas que están en proceso de cicatrización o de búsqueda de justicia.
La responsabilidad de evitar la revictimización no recae únicamente en los medios de comunicación, sino que es un compromiso colectivo. La sociedad en su conjunto debe ser consciente de cómo el tratamiento que da a las historias de las víctimas puede influir en su bienestar emocional. Todos tenemos un papel importante en la protección de la dignidad y el respeto de quienes han sufrido un trauma. En conclusión, la no revictimización de las víctimas es un deber ético y moral que la sociedad debe exigir a los medios de comunicación. Los micrófonos deben estar abiertos a quienes, dentro del marco legal, quieran compartir sus experiencias con respeto. Comunicar estos procesos en una sociedad tan propensa a la violencia es crucial; Es vital resaltar acciones que son delitos, que son denunciables y, por supuesto, 2 asegurar que las víctimas sepan que no están solas. Permitir que los abusadores usen su poder y violencia a través de los medios no es periodismo, es violencia.
POR DIANA MURRIETA
PRESIDENTE Y FUNDADOR DE NOSOTROS PARA ELLOS, AC
@DIANAMURRETAM
DIANA.MURRIETA@NOSOTRASPARAELLAS.ORG
CAMARADA
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