sindicatos franceses logró este martes la mayor movilización en las manifestaciones desde que comenzaron las protestas contra la reforma de las pensiones en enero, pero las huelgas no lograron la paralización del país con la que esperaban obligar al gobierno de Emmanuel Macron a dar marcha atrás.
Un total de 3,5 millones de personas se manifestaron en las más de 200 manifestaciones convocados en todo el país, según el sindicato CGT, mientras que el Ministerio del Interior calculó 1,28 millones.
«Ha sido un día histórico, por la amplitud de los paros y la movilización», señalaron los principales sindicatos en un comunicado conjunto en el que insistieron en que “El Gobierno debe retirar su proyecto”.
Los sindicatos convocaron a una nueva manifestación masiva para el próximo sábado, y advirtieron que la falta de respuesta del Ejecutivo «lleva inevitablemente a una situación que puede tornarse explosiva».
En las calles
El 31 de enero, último día de protestas, hubo 1,27 millones de manifestantes en todo el país (según la policía) y 2,8 millones (según la CGT), así que hoy podría ser la mayor movilización en 40 años.
La guerra de cifras de hoy se extendió a París, donde el sindicato contabilizó 700.000 participantes, frente a los 81.000 calculados por la Prefectura de Policía.
Las marchas se desarrollaron normalmente con normalidad, aunque, como es habitual, algunos grupos muy minoritarios de radicales provocaron daños materiales y protagonizaron enfrentamientos con la policía, en particular en París, donde había 43 detenidos al comienzo de la noche.
El prefecto de la Policía de París, Laurent Nuñez, atribuyó los enfrentamientos y destrozos a «individuos extremadamente radicalizados», según declaraciones al canal BFM. Los porcentajes de huelguistas estuvieron por debajo de algunos de los cinco días anteriores de protestas, el primero el 19 de enero.
En la Administración del Estado, casi una cuarta parte de la plantilla continúa en huelgadesde el 28% el 19 de enero; y en el gigante energético estatal EDF eran del 41,5% frente al 44,5% de ese mismo 19 de enero.
En educación, el Ministerio de Educación indicó que tenía desempleados el 32,71% de los docentes de primaria y secundaria.
Más allá de estos porcentajes, lo cierto es que funcionaban muy pocos ferrocarriles (un 20% de media para los trenes de alta velocidad) y que las huelgas de los controladores aéreos obligaron a cancelar un 20% de los vuelos en Charles de Gaulle y un 30% en el otro aeropuerto de París, Orly, así como en los de Beauvais, Burdeos, Lille, Lyon, Nantes, Marsella, Montpellier, Niza y Toulouse.
Además, en diversos centros logísticos e importantes nodos de comunicación había camioneros que obstruían el tránsito y crearon atascos en las vías de acceso a Lille, Perpignan, Rennes, Saint Brieuc o Cannes.
Aunque las refinerías siguen funcionando, ya que no se pueden cerrar, en algunas se ha reducido la producción. Pero los bloqueos en los depósitos impidieron la salida de camiones con combustible. Aun así, las gasolineras no van a tener problemas de abastecimiento, al menos a corto y medio plazo.
Los problemas y el futuro
Tres de las cuatro unidades de regasificación (dos en Fos sur Mer, cerca de Marsella, y la otra en Montoir de Bretagne, cerca del puerto de Saint Nazaire) permanecieron inactivas, con el que no entró el gas licuado que Francia importa por barco.
El anuncio de la manifestación en París para el próximo sábado, que los sindicatos esperan masiva, demuestra que buscan aumentar la presión sobre el Gobierno, sabiendo que la opinión pública mayoritaria está en contra de la reforma, mientras continúa el trámite parlamentario en el Senado.
Los sindicatos se guardan por ahora la tarjeta para llamar a más huelgas También son más intensos.
De momento, en el transporte público, este miércoles se repetirá el mismo programa de recortes en los mismos aeropuertos que el martes, pero el impacto de la huelga será mucho más moderado en el transporte ferroviario y urbano de las grandes ciudades, empezando por París.
La Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) indicó en un comunicado que tendrá que suprimir dos tercios de sus trenes de alta velocidad (TGV), regionales y de las cercanías de las dos líneas principales de la capital.
En las líneas internacionales, ninguna circulará por el corredor París-Barcelona, mientras que una cuarta parte se cancelará en Eurostars a Londres y una tercera parte en Thalys a Bruselas.
En el metro de París, las dos líneas automáticas, la 1 y la 14, y la 4, que está en proceso de automatización, funcionarán con normalidad. En la mayoría de los demás habrá entre un tercio y la mitad de los convoyes habituales.
Fuente: EFE y AFP
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