El ejército de Afganistán ha depuesto sus armas y los talibanes han perdido poco tiempo en recolectarlas, lo que genera preocupaciones sobre la facilidad con que los tesoros de armas, aviones militares y vehículos blindados fabricados en Estados Unidos han caído en manos del enemigo y las nuevas capacidades que aportan.
Han surgido decenas de videos de combatientes talibanes que se regocijan cerca de helicópteros estadounidenses abandonados, portando rifles de francotirador M24 y armas de asalto M18 suministrados por Estados Unidos, apilando otras armas pequeñas y material en pilas interminables y conduciendo Humvees y otros camiones militares de fabricación estadounidense.
Los talibanes se han apoderado de aviones, tanques y artillería de los puestos de avanzada afganos y de la evacuación del personal estadounidense, revelando uno de los mayores costos de la retirada de las tropas estadounidenses en medio del colapso del gobierno y el ejército de Afganistán.
«Obviamente, no queremos ver nuestro equipo en manos de aquellos que actuarían en contra de nuestros intereses o los intereses del pueblo afgano», dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby, en una conferencia de prensa esta semana.
Estados Unidos envió cerca de 600.000 armas pequeñas, 76.000 vehículos y 208 aviones al ejército y la policía de Afganistán de 2003 a 2016, según un informe de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de 2017, una de las pocas compilaciones de este tipo. El informe trimestral más reciente de la coalición militar liderada por Estados Unidos documentó entregas de 174 Humvees, casi tres millones de rondas de municiones y casi 100.000 cohetes de 2,75 pulgadas durante el período.
Fuente: WSJ