Lula da Silva, ¿esperanza regional?

brasileño Luiz Inácio Lula da Silva tomó posesión el domingo tanto como Presidente y custodio de las esperanzas de una nación profundamente dividida, pero también como líder de una izquierda latinoamericana fracturada que aspira a liderar un sueño de integración regional.

Y para algunos, el objetivo de consagrar Brasil como líder indiscutible de América Latina puede compensar, al menos en parte, los posibles contratiempos de la política interna.

Para millones de brasileños, Lula representa la esperanza de volver a los buenos tiempos de la década de 2000, cuando un auge en los precios de las exportaciones y una administración exitosa del ahora presidente nuevamente y su Partido Laborista produjeron una sensación de bienestar y la convicción que Brasil había dejado de ser «el país del mañana» para convertirse en la potencia que siempre aspiró a ser.

Y de hecho, durante esos años entre 2003 y 2011, sobre una base heredada de su antecesor, Fernando Henrique CardosoDa Silva construyó programas sociales que rescataron a millones de brasileños de la pobreza y colocaron a su país con pies firmes en el escenario internacional.

De hecho, Brasil asumió un papel de potencia regional al unirse al grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

Una reputación de seriedad y pragmatismo le sirvió bien al exlíder sindical. Sus ocho años al frente del gobierno brasileño consolidaron su fama y lo convirtieron en una figura icónica, imagen sostenida a pesar de los posteriores escándalos de corrupción, que para buena parte de los brasileños tenían motivaciones políticas.

Lula pasó casi dos años en prisión, su sucesor Dilma Rousseff fue expulsada y en 2018 el país eligió a un autoritario populista de derecha, Jair Bolsonaro, a quien se acusa de destruir gran parte de lo que se había logrado en los primeros días de Da Silva. Ahora, dijo Lula, «Brasil ha vuelto».

Pero las circunstancias no son las mismas. El país y el mundo parecen estar al borde de una recesión económica, ya que su gobierno enfrenta una oposición interna donde la derecha tiene mayorías políticas en el Congreso y en los gobiernos estatales. Peor aún, esa oposición ha prometido una política de rechazos.

La salida para Lula, al menos en términos de imagen, podría ser la política exterior, especialmente una América Latina donde la izquierda lo ve como el «líder esperado», según una definición del presidente argentino, Alberto Fernández.

De hecho, en términos de hegemonismo, Brasil ahora ve la posibilidad de consolidar su situación en América del Sur, donde la mayoría de los 10 países con los que limita tienen gobiernos de izquierda elegidos democráticamente que lo ven como una esperanza de integración y una alternativa a la a los poderes exteriores.

Muchos incluso creen que Lula da Silva será «el» interlocutor regional con Estados Unidos.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

MAÍZ

Continuar leyendo: Lula da Silva, ¿esperanza regional?

Salir de la versión móvil