Con una nueva política exterior, Emmanuel Macrons parece querer romper con los socios de Francia. Su controvertida declaración de que Estados Unidos no debe arrastrar a los europeos a una guerra por Taiwán ahora ha sido seguida por la revelación de un acuerdo secreto entre él y el gobernante chino, Xi Jinping, para llevar a Ucrania a la mesa. de negociaciones con el dictador del Kremlin, Putin, este verano. Macron quiere colaborar en el «plan de paz» de China para Ucrania.
Esto fue criticado con razón por los socios de Kiev porque Pekín había adoptado la retórica del agresor ruso y culpaba a Ucrania de parte de la guerra. Macron ahora parece compartir este enfoque de Beijing y el Kremlin. Por supuesto, no es casualidad que el embajador chino en París declarara simultáneamente a esta revelación que los estados de la antigua URSS, incluida Ucrania, no son realmente estados reconocidos por el derecho internacional.
Cambio de rumbo en la política de Pekín hacia Ucrania
Francia se convierte así en el escenario de un giro de 180 grados en la política china hacia Ucrania. Hasta ahora, Beijing siempre ha afirmado defender la soberanía de los países, consagrada en la Carta de las Naciones Unidas. Aunque Beijing reconoció a Ucrania y firmó un acuerdo económico de gran alcance con Kiev en 2013, Beijing no se atrevió a condenar el ataque ruso contra el estado soberano. Los críticos de China han señalado con razón esta contradicción desde el estallido de la guerra. Pero Xi Jinping ahora lo resuelve declarando que Ucrania no es realmente un estado soberano.
Alexander Görlach, columnista de .
Ahora, incluso los últimos deben darse cuenta de que Beijing no puede ser un intermediario de la paz en esta guerra. Xi habla como su amigo Putin. En su visión de su mundo, no existe Ucrania, sino la «Rusia santa», a la que también pertenece el territorio de Ucrania. Por esta razón, Putin tiene niños secuestrados en Ucrania para «rusificarlos». Hace robar los tesoros culturales de Ucrania para privar al país de su propia cultura. Y esta persona, sobre la que pesa una orden de detención internacional por crímenes de guerra, es la que Macron quiere sentar a la mesa con el presidente Zelenski.
Si la declaración de Macron sobre Taiwán fue un grave error, el último acontecimiento es una derrota total para la diplomacia francesa y la posición de Francia en el mundo libre. Desde París se dice que el Ministerio de Asuntos Exteriores está consternado por la actuación de Macron y -una vez más- tiene que pagar la flauta. Macron se encuentra actualmente bajo una enorme presión interna por su reforma de pensiones y quiere mostrar a los franceses a través de los «éxitos» de la política exterior que con él al mando tienen un hombre fuerte que puede hablar en igualdad de condiciones. con el presidente chino.
Francia, en el camino de India y Brasil
Los que sufren son los ucranianos agredidos, y seguidos de cerca por el pueblo de Taiwán, país para el que ahora es más probable un ataque chino a la isla gracias a las declaraciones de Macron. Francia ahora está tomando un camino similar a Brasil e India: estos dos estados también se están acercando a Xi sobre el tema de Ucrania, exigiendo conversaciones de paz y adoptando la postura del Kremlin.
Para Macron, el hecho de que París siga buscando venganza por el acuerdo AUKUS entre EE. UU., Gran Bretaña y Australia podría influir. Los tres estados decidieron armar a Australia con submarinos de propulsión nuclear, descartando el posible modelo de Francia a favor de un contrato con Estados Unidos. El Palacio del Elíseo estaba furioso en ese momento, ya que la industria de defensa francesa perdió miles de millones en ventas. Es cierto que el presidente estadounidense, Joe Biden, recibió al enojado Emmanuel Macron poco después. Pero es evidente que este gesto no le satisfizo. En cambio, sí lo hizo la reunión privada con Xi Jinping durante su visita a China.
Punto de inflexión para Europa
Haber asegurado la buena voluntad de Francia, y por tanto de una potencia nuclear que también está presente en el Pacífico Occidental, es un excelente resultado de este encuentro para el gobernante chino. Al hacerlo, ha destruido el enfoque de una política exterior europea común. El daño al eje París-Berlín-Varsovia es enorme.
Europa se enfrenta a un punto de inflexión, ya que París cambia la amistad con sus socios europeos por una alianza con las dictaduras china y rusa. Si Macron no corrige inmediatamente su gran error, podría poner en peligro a la Unión Europea en su conjunto con sus acciones.
Alexander Görlach es miembro principal del Consejo Carnegie sobre ética en asuntos internacionales e investigador asociado del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford. Tras sus estancias en Taiwán y Hong Kong, esta región del mundo, especialmente el ascenso de China y lo que significa para el mundo libre, se convirtió en su tema central. Ha ocupado diversos cargos en la Universidad de Harvard y la Universidad de Cambridge.
(gg/pc)