Mauricio Macri y un grupo de ex presidentes reclaman la intervención de Francisco

El grupo de expresidentes que integran la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), entre los que se encuentran mauricio macri, Sebastián Piñera y José María Aznar, emitieron un comunicado sobre el régimen de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo en Nicaragua donde denuncian «persecución agravada a la libertad religiosa» y exigen la intervención del Papa Francisco.

“Con agravada preocupación observamos lo que sucede en Nicaragua bajo el primitivo dictadura ortega-murilloque luego de perseguir y criminalizar a líderes políticos y sociales, así como cercenar radicalmente toda libertad de expresión y de prensa, ahora avanza hacia la persecución de los líderes episcopales católicossacerdotes y religiosas, incluso expulsándolos -como en el caso de las emblemáticas Misioneras de la Caridad- del territorio nacional”, afirman en el extenso comunicado difundido este miércoles.

El comunicado surge luego de que este lunes la Diócesis de Siuna denunciara la detención y desaparición de uno de sus sacerdotes, en medio de tensiones entre el gobierno del presidente Daniel Ortega y la Iglesia Católica de Nicaragua.

«En la tarde del domingo 14 de agosto, el sacerdote Óscar Benavidezpárroco de la Parroquia Espíritu Santo”, en el municipio de Mulukukú, en la Región Autónoma Caribe Norte de Nicaragua, informó la Diócesis de Siuna en un comunicado.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, junto a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.  Foto Presidencia de Nicaragua.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, junto a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo. Foto Presidencia de Nicaragua.

Que la jurisdicción de la Iglesia Católica dijo ignorar las causas o motivos de la detención del sacerdote.

Los expresidentes expresaron su preocupación por “la iglesia en llamas y la destrucción salvaje de las imágenes del culto católico”. “Avanza en una línea de destrucción de las bases sociales y antropológicas que mejor recuerda la quema de libros judíos, socialistas y pacifistas y bibliotecas enteras por partidarios del régimen nacionalsocialista alemán en 1933”.

En este sentido, los ex jefes de Estado instaron a la opinión pública de cada uno de sus países a “mantener una respuesta comprometida con el rechazo a este morbo que amenaza la paz” y solicitó la intervención del papa francisco.

“Exhortamos a las diferentes confesiones religiosas a manifestar su igual censura; y, en particular, dado lo que está pasando bajo la dictadura Ortega-Murillo, Esperamos una postura firme de defensa del pueblo nicaragüense y su libertad religiosa por parte de las SS. Franciscocabeza de la Iglesia católica universal”, sostuvieron.

Para los expresidentes firmantes, el propósito del régimen orteguista en su enfrentamiento con la iglesia es “destruir las raíces culturales y espirituales del pueblo nicaragüense para dejarlo en la anomia y hacerlo presa fácil de la dominación destruyendo su dignidad y fracturando de sus raíces culturales, como lo revela el reciente cierre de su emblemática Academia de la Lengua”.

El cardenal Leopoldo Brenes camina con los peregrinos durante un evento de la Virgen de Fátima después de que la policía nicaragüense prohibiera la procesión por motivos de seguridad interna. Foto Reuters/Maynor Valenzuela

A su vez, en el comunicado sostienen que «la libertad de conciencia y religión Es parte estructural del plexo de los derechos humanos y del desarrollo de la personalidad de cada individuo”.

“Así ha sido a lo largo de la historia moderna y como se afirma en las distintas declaraciones sobre los derechos del hombre y del ciudadano, hasta el punto de señalarla como la piedra de toque fundamental en la afirmación y conservación de la paz, incluso en períodos de desestabilización y ajustes sociales como los que marcan el presente”, agregó.

En este sentido, consideraron que “la libertad religiosa, cuyo culto se ejerce de forma generalmente colectiva y en espacios públicos, incidiendo en aspectos neurálgicos del ejercicio de otros derechos, incluidos los políticos, como los derechos de asociación, reunión y incluso a la circulación y la residencia, en la experiencia contemporánea, ha ido dando lugar a persecución de la población y las comunidades por motivos religiosos por estados y gobiernos que se han desviado de sus compromisos con la libertad.

El texto lleva la firma de los expresidentes: Mauricio Macri; Óscar Arias (Costa Rica); José María Aznar (España), Nicolás Ardito Barletta (Panamá); Felipe Calderón (México); Rafael Ángel Calderón (México); Laurca Chinchilla (Costa Rica); Alfredo Cristiani (El Salvador); Iván Duque (Córdoba); Vicente Fox (México); Federico Franco (Paraguay); Eduardo Frei (Chile); Lucio Gutiérrez (Ecuador); Osvaldo Hurtado (Ecuador).

Los expresidentes Luis Alberto Lacalle (Uruguay); Jamil Mahuad (Ecuador); Mireya Moscoso (Panamá); Carlos Mesa (Bolivia); Andrés Pastrana (Colombia); Sebastián Piñera (Chile); Jorge Tuto Quiroga (Bolivia); Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica); Julio María Sanguinetti (Uruguay); Luis Guillermo Solís (Costa Rica); Álvaro Uribe (Colombia); y Juan Carlos Wasmosy (Paraguay).

Tres sacerdotes detenidos en Nicaragua en menos de un año

La Diócesis de Siuna invitó a los fieles católicos a unirse en oración por Benavidez, “cuya única misión es y ha sido anunciar la buena nueva de Jesucristo, que es palabra, vida y salvación para todos”.

Por su parte, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) afirmó que el sacerdote fue detenido arbitrariamente.

“Según información, fue sacado de su vehículo y llevado en una patrulla (policial) con destino desconocido”, dijo el Cenidh en un comunicado.

La crisis en Nicaragua se agudizó tras las polémicas elecciones de noviembre pasado en las que Ortega resultó reelegido para un quinto mandato. Foto AP

Benavídez es el tercer sacerdote detenido en lo que va del año en Nicaragua, y el noveno que se encuentra bajo custodia policial, entre ellos el obispo Rolando Álvarez y otros cinco sacerdotes que se encuentran encerrados desde el pasado día 4 en el Palacio Episcopal de la Diócesis de Matagalpa (norte).

Siuna fue la primera diócesis en ofrecer su apoyo público a Álvarez, a quien la Policía Nacional acusa de intentar “organizar grupos violentos”, aunque hasta el momento no ha ofrecido pruebas.

Los roces entre Ortega y la Iglesia Católica

La detención de este sacerdote se da en medio de una serie de acciones del gobierno sandinista contra la Iglesia Católica de Nicaragua, que incluye la prohibición a la Arquidiócesis de Managua de la procesión con la imagen peregrina de la Virgen de Fátima.

También el encierro del obispo Álvarez junto con cinco sacerdotes, tres seminaristas y dos laicos, en la sede episcopal provincial de Matagalpa, que se encuentra sitiada por fuerzas policiales especiales.

Además, la expulsión de un grupo de misioneros de la orden Madre Teresa de Calcuta, el cierre de ocho radios católicas, la cancelación de la programación televisiva por suscripción de tres canales católicos y el allanamiento y allanamiento de una parroquia.

Movilización en rechazo al régimen de Ortega frente a la embajada de Nicaragua en México. Foto Reuters/Edgar Garrido.

Ortega llamó «terroristas» a los obispos nicaragüenses quienes actuaron como mediadores de un diálogo nacional que buscó una salida pacífica a la crisis que vive el país desde abril de 2018.

La crisis en Nicaragua se acentuó tras las polémicas elecciones de noviembre pasado en las que Ortega fue reelecto para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidente, con sus principales contendientes en prisión.

Las relaciones entre los sandinistas y la Iglesia Católica de Nicaragua han estado marcadas por fricciones y desconfianzas en los últimos 43 años.

La comunidad católica representa el 58,5% de los 6,5 millones de habitantes de Nicaragua, según el último censo nacional.

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