Sin embargo, que los movimientos puedan pasar de todos modos, sugiere que el fútbol ha entrado en una nueva era, una en la que el sistema es secundario al poder de las estrellas. Durante una década, el juego ha sido definido por sus entrenadores más destacados: Guardiola, Pochettino, Jürgen Klopp, Thomas Tuchel y el resto, todos los cuales, en el fondo, creen que la idea viene antes que el individuo.
Para un puñado de equipos, eso se ha invertido. La tarea de Pochettino en el PSG ya no es burlar a sus compañeros para levantar el trofeo de la Champions, tener una idea mejor que Guardiola; es proporcionar una plataforma en la que Messi y Neymar puedan expresar sus habilidades, levantar a los fanáticos de sus asientos y cautivar a la audiencia.
Que es solo un puñado (PSG, Manchester City, Chelsea, Manchester United y posiblemente, de manera algo inesperada, el Real Madrid también) no debe dejar de mencionarse. No es insignificante que el torbellino de caos de esta semana haya llegado después de un verano en el que la mayoría de los equipos, incluso en las grandes ligas europeas, han estado tratando de recortar costos, en lugar de optar por incurrir en nuevos.
No es solo en el campo donde ha nacido una nueva era. El impacto financiero de la pandemia de coronavirus, y su cierre relacionado, ha hecho que el fútbol se precipite por el camino que estaba tomando de todos modos. Como se ha señalado anteriormente, la ventaja financiera de la que disfrutan un puñado de equipos puede llegar, con el tiempo, a hacer que la propuesta y abortada Superliga parezca un ejercicio de competencia abierta.
Y eso, quizás, forma parte de la conclusión más contundente que se puede extraer de este verano y de esta semana. Será recordado por los acuerdos que sucedieron, por supuesto: por Messi de pie en el campo en París, como si acabara de darse cuenta de lo lejos que se había extendido su adoración; por la perspectiva de Mbappé en el Madrid blanco y Ronaldo en el City celeste, pero igual de importantes fueron los acuerdos que no lo hicieron.