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El Presidente volvió a cuestionar la tasa de interés aplicada por el FMI a la Argentina. Compartió una cena con los mandatarios de Chile y Ecuador, con quienes acaba de protagonizar un conflicto diplomático.
En el G20, en Roma y en el G7, en Alemania. También en la sede de la ONU en Nueva York o en la Celac, en Buenos Aires. Desde hace más de dos años Alberto Fernández insiste en cada foro internacional que visita para reivindicar una «nueva arquitectura financiera internacional» y contra el recargos pagados por países emergentes y endeudados como Argentina. La XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno en Santo Domingo no fue la excepción.
En el centro de convenciones donde se llevó a cabo la reunión, en la capital de República Dominicana, a sólo 150 metros del Mar Caribe, Fernández renovó su pedido al FMI para eliminar los recargos y esta vez no se privó -como hace buena parte de su coalición- de cuestionar a la agencia de crédito en términos duros.
“Las tasas y recargos que impone el Fondo Monetario Internacional a los países endeudados ellos son abusivos. Esa realidad choca con esa arquitectura financiera internacional, que ya cuestioné antes”, dijo el Presidente, quien habló en tercer lugar, luego del ecuatoriano Guillermo Lasso, con quien acaba de protagonizar un intercambio diplomático de alto voltaje.
El Presidente aludió a los recientes choques en el sistema financiero de Silicon Valley; EE.UU; y en Suiza. “El mundo central que pasivamente permite que estas burbujas se inflen, corre en ayuda del “sistema” antes de la explosión para que no vuelva a aparecer el efecto dominó que ya vivimos hace quince años (…) El sistema financiero actual ya no tiene que ser ayudado. Hay que cambiarlo drásticamente”, dijo en el discurso de 6 páginas en el que trabajó con el canciller Santiago Cafiero.
El Gobierno quería incluir en el documento final del discurso una reivindicación sobre la necesidad de una nueva arquitectura financiera. No fue posible. Chocó con la dinámica de un organismo que define por consenso y no por mayorías.
El documento final que fue discutido durante meses y respaldado por los 19 jefes de Estado y de Gobierno del bloque no menciona a Rusia ni a Ucrania en ninguna de sus 11 páginas, y mucho menos a la invasión.
En los pasillos del Hotel El Embajador donde se alojaba el grueso de los mandatarios internacionales, señalaron que Venezuela, Cuba y Nicaragua bloquearon definitivamente esa posibilidad. La presión de España y Portugal no fue suficiente hasta ahora para imponer su visión en la primera cumbre presencial desde la pandemia. Fernández sí se refirió en su discurso, sin eufemismos, a la «invasión rusa» en Ucrania.
Para el presidente del gobierno español Pedro Sánchez que aterrizó en Santo Domingo minutos después del Presidente y un día después del Rey Felipe VI, supuso un revés. El jefe de Gobierno español -que se reunió este sábado por la mañana con Fernández y el representante de la Unión Europea- jose borrell– es uno de los líderes europeos más categóricos a la hora de condenar la responsabilidad de Rusia en la primera guerra en el viejo continente en 70 años.
En la Cancillería argentina reconocen que las ausencias del brasileño Lula, que tuvo que viajar a China (pero finalmente suspendido por una neumonía) y del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador “devaluó” la Cumbre. El nicaragüense Daniel Ortega también golpeó la falta, como el polémico ejecutivo salvadoreño Nayib Bukele. El venezolano Nicolás Maduro acusó un caso de covid-19 en el último momento..
El documento final, algo lavado para los funcionarios argentinos, es una especie de declaración de buenas intenciones para asegurar el desarrollo sostenible de la región tras la pandemia. Uno de los ejes del documento y de toda la reunión giró en torno a las acciones para mitigar el cambio climático. El Presidente, en su discurso, insistió en la necesidad de acciones urgentes y puso como ejemplo las consecuencias ambientales, sociales y fiscales de la sequía que atraviesa Argentina.
Argentina, sin embargo, obtuvo una victoria diplomática parcial: logró que los líderes de la Cumbre emitieran un comunicado especial sobre Malvinas en el que insta a las partes a volver a la mesa de negociación. “Fue nuestro mayor logro”, se sinceraron en la delegación nacional. No es la primera vez que la Cumbre se pronuncia al respecto. El Presidente le agradeció en su presentación.
La relación con el ecuatoriano Lasso se mantuvo fría y distante, según la descripción de la delegación. El chileno Gabriel Boric, por su parte, invitó a Fernández al país trasandino para celebrar el 205 aniversario de la batalla de Maipú.
Enviado Especial a Santo Domingo