Milei destacó la herencia recibida, pero especialistas lo tildan de “impreciso” y advierten por “sobrerreación” en la respuesta

Para el presidente Javier Milei, el superávit fiscal no es sólo una herramienta de política económica. Es el “único punto de partida para acabar para siempre con el infierno inflacionario”. Se registró lo contrario, el déficit”en 113 de los últimos 123 años”. En su discurso aseguró que durante la administración anterior logró “cinco puntos del PBI en el Tesoro y otros 10 puntos en el BCRA”. El foco en la herencia recibida.

Finalmente, el presidente realizó la transmisión nacional para celebrar un superávit financiero del 0,2% del PBI durante el primer trimestre del año. En marzo, la acumulación fue $276.638 millones. Para Milei, es un “hito que debería enorgullecernos a todos“porque algo así no quedó grabado desde 2008 y dado el “alto“Herencia que tenía que cuidar.

En ese sentido, destacó lo que ha mencionado desde su primer discurso oficial: la herencia de un “déficit consolidado» de más de 15 puntos de producto “entre el déficit del Tesoro y el déficit del Banco Central”. “Haber ajustado 13 puntos de esos 15 en apenas tres meses de Gobierno es simplemente una hazaña de proporciones históricas a nivel mundial.”, destacó Milei, en compañía de su equipo económico.

Por ese mismo déficit, que dice estar corrigiendo de manera “económicamente sostenible y moralmente deseable”, generó durante la gestión de Alberto Fernández”Un país en quiebra al borde de la hiperinflación.” con una “brecha cambiaria” que osciló 200% entre el dólar oficial y el dólar libre y un superávit monetario que emulaba al anterior del Rodrigazo“una de las peores crisis de nuestra historia”, para el presidente.

Al mismo tiempo, contó un deuda «no reconocido» con importadores por más de 50 mil millones de dólares y otra pasivo en pesos por el equivalente de 90 mil millones de dólares. En este contexto, también advirtió que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), “ya estaba abajo”. El último desembolso entregado por el organismo fue por US$ 4.700 millones con fecha límite el 30 de abril.

En cuanto a la inflación, que de diciembre a marzo se desaceleró del 25% al ​​11%, por lo que Luis Caputo, ministro de Economía, consideró días atrás que “colapsando”, se postuló durante la primera semana de Gobierno para “1,2% diario”.

La velocidad diaria de los precios, medida por el Presidente, revela “una inflación del 7.600% anual, con superávit monetario y un Banco Central en quiebra, lo que habría llevado a una inflación del 15.000%”.

Por eso, el presidente se remonta a la época del Rodrigazo y agrega que recibió “una destrucción del balance del BCRA peor que la inflación del 89 y indicadores sociales peores que los de la crisis del año 2001”. Para concluir, Milei concluyó que “estábamos ante la peor crisis de la historia de nuestro país”.

De esta manera, la necesidad de un superávit fiscal tiene que ver con “acabar de una vez por todas con el infierno inflacionario que fue Argentina desde la caída de la convertibilidad”, pero también con “haberse convertido en el mayor moroso en serie del mundo” y tener la “mayor presión fiscal del mundo”.

Para Kevin Castillo, economista y Miembro del Observatorio de Políticas de Economía Nacional (OPEN), “Había que tomar decisiones urgentes respecto del déficit fiscal y cuasifiscal.«, aunque «se puede discutir la forma en que este Gobierno implementa las medidas para alcanzar el superávit».

Sin embargo, coincide “con muchos compañeros” en que la proyección de inflación es “extremadamente exagerado«, más bien responde a una forma de «capear discursivamente estos meses de altísima inflación”. En líneas generales, entiende que “no es tanto el diagnóstico” sino las “actuaciones posteriores” con las que no está de acuerdo.

Guido Zack, director de Economía de la organización Fundar, coincide con la visión inicial: “sin duda la economía que recibió Mileicon precios y tipos de cambio rezagados, la economía sin crecer y el BCRA con reservas netas, Fue muy difícil”.

Aun así, destaca que “En economía nunca hay una única alternativa” y el presidente “decidió reaccionar exageradamente devaluando más de lo que el FMI y el mercado esperaban y generar una consolidación fiscal que logre un superávit financiero, y no un equilibrio primario”.

Por ello, señala que la otra cara de esa moneda es “Más recesión e impacto en los ingresos.”. Respecto a la metodología para medir la inflación en 2023, Zack coincide con Castillo asegurando que “es totalmente impreciso”. Pero también señaló que “Hablar de un déficit consolidado del 15% del PIB es claramente un error”.

Según explica el economista, Milei incluye en el déficit de 2023 los intereses de los pasivos remunerados del BCRA y en la medición del superávit acumulado durante el primer tramo de su gestión no lo hace. “Si incluyéramos los intereses de los repos del trimestre, que ascienden a 10.000 millones de dólares, tendríamos un déficit”, dice Zack.

Tampoco cree que el superávit conseguido pueda ser sostenible en el tiempo si la recesión se profundiza y continúa el aplazamiento de pagos al sector energético o la acumulación de deuda flotante. “Ni la estabilidad financiera, ni el equilibrio fiscal, ni la acumulación de reservas ni la sostenibilidad del tipo de cambio están asegurados en absoluto. Ni siquiera la trayectoria descendente de la inflación es estable en estas condiciones«, afirmó el especialista.



Con información de Telam, Reuters y AP

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