Durante décadas, los científicos pensaron que miles de rayos ocurrían en la atmósfera de Venus, pero esta nueva investigación desmiente esta creencia.
Aunque el ser humano ha puesto su mirada más allá del sistema solar buscando exoplanetas que puedan albergar vida, lo cierto es que aún queda mucho por descubrir en nuestro propio sistema.
De hecho, un planeta tan cercano como Venus aún guarda una serie de misterios que los científicos no han podido resolver en todas estas décadas, y uno de ellos tiene que ver con con los supuestos rayos que se producen en la atmósfera de este planeta.
Si durante décadas se pensó que la atmósfera de Venus Estaba lleno de relámpagos infernales que imposibilitaban incluso la exploración dado que las sondas enviadas podían ser alcanzadas. Una nueva investigación desmiente la presencia de estos supuestos rayos.
Ahora investigadores de la Universidad Estatal de Arizona han sugerido que esos destellos de luz detectados en Venus pueden no ser rayos, pero podrían ser decenas de miles de meteoritos ardiendo en la atmósfera.
Porque aunque misiones anteriores habían detectado señales que se creía que eran relámpagos en el atmósfera de venusmisiones posteriores del MACETANo pudieron encontrar señales de radio de rayos.
Esto se debe a que las nubes de Venus están compuestas casi exclusivamente de ácido sulfúrico y no de vapor de agua, ingrediente necesario para que se formen rayos en nuestro planeta.
Estas señales que los astrónomos y científicos pensaban que eran relámpagos podrían en realidad indicar que son meteoritos que se desintegran en la atmósfera muy caliente de Venus.
La proximidad de Venus al Sol es el problema
Consiguieron llegar a esta conclusión, gracias a datos del Observatorio Steward y del Akatsuki Orbiter en Japón, y descubrieron que se registraban entre 10.000 y 100.000 destellos al año que podrían corresponder a bolas de fuego de meteoritos.
Aunque se trata de un número realmente grande, los investigadores aclaran que debido a la proximidad de Venus al Sol, podría atraer mucho más a estos meteoritos.
El estudio concluye que los científicos ya no tendrían que preocuparse por construir sondas a prueba de rayos para sondear la atmósfera de Venus, aunque sí tendrían que preocuparse por la enorme cantidad de rayos volcánicos en la superficie.
Con información de Telam, Reuters y AP