Ha habido mucha discusión sobre quién sería el mejor. candidaturas de Morena que el tema de sus propuestas ha sido olvidado. Nadie sabe con seguridad cómo evolucionó el método. Simplemente se sabe que una primera conclusión sobre la “visión morenista” de las elecciones es que lo importante es el nombre de la candidatura, y luego vendrá la propuesta programática.
En política siempre se dijo que lo importante era el programa, para luego definir la candidatura. En Morena es al revés. Primero la candidatura y luego el programa. En todo caso, un programa mínimo.
Las campañas del corcholatas, y ahora corcholatitas en el resto del país, giraba en torno a las personas y no a sus propuestas. De hecho, la idea general en Morena es que las precandidaturas no presentan propuestas ni debaten entre sí.
Este método convierte las llamadas “campañas” de Morena en un concurso de popularidad, pero no en una campaña de propuestas ni de confrontación de ideas. Por lo tanto, vimos por primera vez el campañas como #Es Claudio, #Es Marcelo, #Es Adán, etc. Y ahora debemos prepararnos para #Es Clara, #Es Omar (¿quién?), #Es Gatell. De ninguna de estas campañas con gastos millonarios en publicidad y propaganda surgieron propuestas destacables ni nuevos referentes. Más bien, las campañas sirvieron para dar a ambos partidos exposición personal en los medios, pero ninguna de ellas dejó una huella en la reflexión nacional.
La crisis de seguridad no fue tocada ni con un pétalo de rosa. Eso es cierto Ebrard Hizo una propuesta “tecnológica”, pero sin profundizar en el fenómeno. Y mucho menos se atrevió a hacer una crítica modesta, tibia o exploratoria a la política de seguridad del actual gobierno. Mucho menos comentaron la crisis del sistema sanitario (es decir), que se ha deteriorado gravemente en este sexenio.
La educación y el retroceso que han sufrido los estudiantes mexicanos simplemente brilló por su ausencia. Aunque estudios serios han demostrado que la pandemia de Covid provocó un gravísimo retraso en la formación de cuadros académicos, científicos y tecnológicos competentes en México, los candidatos presidenciales de Morena prefirieron no debatir estos temas, al punto de ni siquiera mencionarlos.
Seguridad, salud y educación: tres temas claves que no fueron tocados por los candidatos de Morena. Y ahora que la candidatura de Morena está resuelta, esos temas de interés nacional siguen ausentes. La candidata de Morena sólo se dedica a criticar Xóchitl Gálvez y a la oposición, con los consabidos epítetos, repetidos cada día en la mañanera presidencial: conservadores, neoliberales, corruptos, traidores, etc. Entonces, y sólo entonces, nos dimos cuenta de lo que estaba pasando.
En realidad, la agenda de la candidatura presidencial para 2024 ya ha sido preparada y presentada al público. Es una agenda hecha a diario en el calor de las mañanas. Lo hace, día a día, López Obrador al hablar, con ocurrencias, “sentimientos”, información que lee en la prensa diaria y lo que le dicen los generales y almirantes que lo rodean. Y su presupuesto para 2024 define la culminación de su aprendizaje de 5 años de gobierno. Aumenta el dinero a niveles insostenibles para programas sociales, como la inversión electoral, en el Fuerzas Armadas para que gestionen una quinta parte de la economía nacional y en sus obras faraónicas (Dos Bocas y Tren Maya, principalmente). Es decir, la agenda de Morena está definida por: programas sociales, Fuerzas Armadas y grandes obras (refinería y trenes). Esa es la agenda “hacia el futuro” de México.
Esa agenda, llevada a cabo durante seis años más, significaría la ruina del país. No es un presupuesto que se sostenga con la economía nacional en sus condiciones actuales. Ha habido un saqueo de las finanzas públicas para financiar la construcción del AIFA, Dos Bocas y Tren Maya.
Y, una vez construidos, vienen los eternos subsidios para mantener a esos elefantes blancos, junto a los demás del sector de las Fuerzas Armadas: su aerolínea y sus aeropuertos regionales. Como todos esos negocios, serán administrados por las Fuerzas Armadas. que no rendirán cuentas por Seguridad Nacional (que tienen muy poco o nada de seguridad nacional), el país enfrenta el espectro de subsidios históricos para mantener la ficción de la soberanía nacional en manos de las heroicas Fuerzas Armadas. Bajo este esquema económico, lo que México enfrentará es, más que una deuda externa, será la deuda eterna de las generaciones futuras.
La mañana es donde, en realidad, se prepara la agenda que propondrá Morena para el próximo sexenio. Estará envuelto en celofán brillante con un discurso populista, pero no dejará de ser lo que es: una propuesta que ofrece desarrollar a México con deuda externa, porque con recursos propios no logrará sus objetivos. Y menos cuando la ausencia de transparencia o rendición de cuentas es la norma de actuación de las Fuerzas Armadas.
Porque si las Fuerzas Armadas tienen las suyas Código de guerraa través de su Código de Justicia Militar, pág.Para juzgarse (y lo estamos viendo en tiempo real con los militares detenidos por acusaciones en relación a la muerte de los estudiantes de Ayotzinapa), podemos estar seguros de que nunca más veremos dinero entregado en manos militares. La justicia militar se desarrolla dentro de la estructura jerárquica militar.
Existe al margen de la justicia civil aplicable al resto de los mexicanos. López Obrador quería fortalecer esta “excepcionalidad” militar, viéndola como una protección para sí mismo. El método ha sido elemental y astuto: fomentar la codicia de los generales con cantidades de dinero libres de impuestos nunca antes imaginadas por ellos. Y parece que cayeron en la deliciosa trampa tendida por el Presidente de la República.
La agenda de Morena se prepara en la mañanera del Presidente. Y su idea fundamental es entregar el poder real de México en manos de las Fuerzas Armadas. Así termina este sexenio.
POR RICARDO PASCOE
COLABORADOR
ricardopascoe@hotmail.com
@rpascoep
MAAZ
Continuar leyendo: Morena, mañanera y militares | El Heraldo de México