MIAMI— «Carlos Alberto Montaner, todavía un niño, acusado por el Gobierno de Castro de ‘terrorista’, tuvo el despertar más extraordinario: una condena, injusta e infundada, por supuesto, como suele ocurrir en las dictaduras.» Así comienza el texto que el escritor Mario Vargas Llosa dedicado a Carlos Alberto Montanerpublicado en el diario El País.
Con pluma emotiva, el Premio Nobel de Literatura se refiere a la carrera del periodista y politólogo cubano, fallecido el 29 de junio de este año, en su casa de España.
El autor peruano destacó que “nadie luchó por la libertad de Cuba como Carlos Alberto Montaner. En libros, en artículos, en foros, en instituciones públicas y privadas, fundando partidos y alianzas con otros grupos, siempre mantuvo la esperanza de que su país, liberándose de los Castro, fuera un ejemplo para América Latina y para el mundo. .
«Nunca lo había visto tan enérgico, y lo conocí hace casi 50 años, como cuando unas voces entristecidas le decían: no hay esperanza para Cuba», concluyó Vargas Llosa. Y agregó: «Nada podría indignarlo más, y en sus artículos siempre defendió una Cuba liberal, porque se había convertido a esa doctrina que le parecía más juiciosa que las demás, y más justa, porque se basaba en esa libertad». que tanto amaba.»
Al hablar de su labor de difusión de la realidad de Cuba, señaló que Montaner «creó una editorial de libros de texto en la que también difundió mucha literatura cubana, y, a principios de los años 90, cuando parecía que el colapso de El comunismo y la transición que se estaba produciendo en Rusia, un partido político.
Desde su juventud, Carlos Alberto Montaner vivió personalmente la opresión dictatorial en Cuba y la ausencia de libertades individuales. El pensador mantuvo constantemente su firme compromiso con la promoción de la democracia.
A lo largo de su carrera docente, sus conferencias, numerosos libros y multitud de artículos (de los cuales, según sus palabras, se ha arrepentido de muy pocos), trabajó diligentemente para desentrañar las estructuras del poder dictatorial y las estrategias utilizadas para mantener el control. sobre las sociedades. Lo hizo a través de discursos respaldados por una extensa investigación y un agudo sentido político.
Montaner siempre abogó por el cambio democrático en Cuba, apostando por un enfoque no violento y una determinación incansable de rescatar la historia, que tiende a repetirse por desconocimiento. La respuesta del régimen cubano fue la difamación y censura de su obra, reacción típica de regímenes autoritarios.
Montaner fue galardonado con el premio «Una vida por la libertad», que otorga la iniciativa Caminos de la Libertad, en reconocimiento a su destacada trayectoria y su papel en la lucha por la democracia en un continente azotado por regímenes dictatoriales. También recibió el Premio a la Excelencia en Periodismo de Facts About Cuban Exiles (FACE). La revista Poder lo destacó como «uno de los columnistas más influyentes en lengua española», y en 2012 la revista Foreign Policy lo incluyó en su lista de los 50 intelectuales más destacados de América Latina.
Carlos Alberto Montaner Escribió decenas de libros y se ganó el respeto del exilio por su integridad como intelectual. Fue presidente del Instituto Interamericano para la Democracia (IID), y también recibió el Premio Francisco de Miranda por la Defensa de la Libertad y la Democracia en las Américas.
Murió en Madrid, a los 80 años de edad. Antes de partir dejó una carta que conmovió a quienes lo conocieron, y que comenzaba con estas palabras:
«Cuando leas este artículo estaré muerto. ‘Vivir es un derecho, no una obligación’, dijo Ramón Sampedro, un español que quedó tetrapléjico tras un accidente en la playa. Su vida, su lucha para poder acceder a la El suicidio asistido y su muerte fueron retratados cinematográficamente por Javier Bardem en la película ‘Mar Adentro’. ‘Don Carlos, ¿vuelves a vivir a España?’, me preguntó un extraño vecino de la avenida Brickell, donde vivía en Miami. «No. Voy a morir en España», respondí amablemente, con una sonrisa, y seguí mi camino.