“Me hubiera gustado iniciar este gobierno de transición sin violencia y sin pérdidas humanas que me hieren el corazón”, exclamó el Presidente.
En medio de la crisis en la que se encuentra sumergido el Perú desde hace unos días, el presidente Dina Boluarte Dio un mensaje navideño en el que pidió a toda la población dejar de lado las protestas violentas y “no generar caos cuando detrás hay intereses políticos”.
«No es fácil para mí decirles a cada uno de ustedes Feliz Navidad.. Me hubiera gustado iniciar este gobierno de transición sin esa violencia y sin esas pérdidas humanas que me hieren el corazón. Reitero mis condolencias a las familias”, comenzó la mandataria en su mensaje de 10 minutos que fue transmitido la tarde peruana del 24 de diciembre.
En este sentido, Boluarte pidió a los manifestantes que no continúen con la toma de aeropuertos o la quema de instituciones como el Poder Judicial o la Fiscalía. «¿Qué soluciona eso? Enfrentar las necesidades de salud, educación, agua y agricultura. ¿Qué soluciona eso? Hermanos y hermanas. Eso no soluciona nada», dijo.
“Lo único que quiero en mi calidad de mujer, de madre, de hija, de hermana, es trabajar en paz y tranquilidad para solucionar lo que tú, con justa razón afirmas, pero por esa justa razón lo haces. no aprovecharlos y utilizarlos para generar violencia en el país”, agregó.
«¿Cómo podemos trabajar en medio de la violencia? No podemos generar caos, desorden, cuando hay intereses políticos detrás. La pobreza, las necesidades no tienen ideologías, las necesidades, el hambre, no tienen color político”, dijo.
En ese sentido, pidió trabajar «juntos por el país sin violencia, sin generar caos». “Allí, los que quieren generar caos y violencia, desenmascárense porque no son ustedes, hermanas y hermanos, los que salen en marchas pacíficas a reclamar con razón lo que les debe el Estado”, exclamó el mandatario que tomó juramento el pasado 7 de diciembre. tras la destitución de Pedro Castillo.
Finalmente, Boluarte insistió en su mensaje en la necesidad de trabajar con tranquilidad por el país con «paz, tranquilidad y seguridad jurídica» para atraer inversiones y cubrir las necesidades hasta el final de su mandato.
En medio de una disminución temporal de la intensidad de la protesta popular, un Perú de luto por la muerte de 27 personas se prepara para cerrar un año lleno de dificultades y dar paso a otro igualmente incierto.
“En términos democráticos no vamos a ver una situación mejor, pero sin duda (la presidenta Dina Boluarte) se puede sostener un tiempo más”, pronosticó la exdiputada de izquierda Indira Huilca, en el canal alternativo La Mula TV. Pero lo hará, agregó Huilca, “bajo la misma estrategia: con represión y persecución”.
En el Perú de la incertidumbre, la próxima cita en las urnas está prevista para abril de 2024. Es decir, 2023 será un año preelectoral, a pesar de que de las elecciones de 2021 había surgido un Ejecutivo y un Legislativo, que en condiciones normales las condiciones deberían durar hasta 2026.
De cumplirse el cronograma -todavía deben confirmarse en una segunda votación parlamentaria- Perú tendría nuevo presidente y Congreso en julio de 2024, un año y medio que parece un siglo en las circunstancias actuales.
Según una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), El 71% de los vecinos no está de acuerdo con que Boluarte haya asumido la jefa de Estado en reemplazo del destituido Pedro Castillo, de quien fue vicepresidenta.
Para la directora del IEP, Patricia Zárate, este rechazo deriva del desprestigio del Congreso, ya que la llegada de Boluarte fue vista como una maniobra para alejar en lo posible el espectro de elecciones anticipadas.
Si el actual presidente se hubiera negado a tomar el mando, el cargo debería haber sido ocupado por el presidente del Congreso, José Williams, quien estaría obligado por ley a convocar elecciones de inmediato.
Todo empeoró cuando Boluarte dijo en un principio que venía para quedarse hasta 2026, en convivencia con la cuestionada Legislatura. Cuando se alejó de esa postura, el país ya estaba en llamas.
La represión empeoró la imagen. Boluarte, elegido vicepresidente en una fórmula de izquierda y de quien se dice identificado con ese pensamiento, comenzó a ser visto por muchos como una expresión de esa derecha que se oponía ferozmente a Castillo.