Girona ha cambiado a Eric García, (Martorell, 2001). Desde su llegada a Montilivi, el último día del mercado de verano, el central catalán se ha convertido en una pieza imprescindible del equipo revelación del fútbol europeo. Un Girona que maravilla con su juego y los números que acredita -34 puntos en 13 partidos- que le han permitido situarse a estas alturas como líder único de la Liga por primera vez en toda su historia. en conversación con la vanguardia Eric García valora el dulce momento que atraviesa el equipo, su momento personal tras salir cedido por el Barça y las opciones que ve a partir de ahora una vez que tiene prácticamente asegurada su permanencia en un tiempo récord.
La comparación
¿Hacer un Leicester? ¡Con un poco de suerte! Ahora la gente empieza a pensar que esto no es una coincidencia”.
¿Está en su mejor momento o es demasiado atrevido para hacer esta afirmación?
No lo sé porque soy de los que creen que siempre se puede mejorar. Si tomamos como ejemplo un jugador como Messi, que cada día mejora, imagina lo que podemos hacer el resto de nosotros.
Pero en Girona te has convertido en un fijo para Míchel y sobre el campo transmites mucha confianza…
Es cierto que desde el primer día el entrenador me dio total confianza, aunque llegué con la temporada iniciada y cuando el equipo ya estaba haciendo muy buen fútbol. En aquella época ya era complicado introducir variaciones, y él, en cambio, se atrevió y enseguida apostó por mí. Ganamos en Granada y he podido seguir jugando. Estoy muy feliz.
¿Qué te pide el entrenador?
Todos sabemos que este Girona tiene una idea de juego muy parecida a la que yo siempre he jugado en los clubes donde he estado. Míchel es un entrenador muy exigente a la hora de salir con el balón controlado y que quiera eso es un gran plus para mí.
Pero a pesar de las similitudes, estamos viendo una versión de Eric García muy distinta a la del Barça. ¿Porque?
Todos los jugadores pasamos por momentos buenos y malos, evolucionamos, hay que aclimatarse, que por cierto no me ha costado nada en el Girona… Creo que con el Barça también hice buenos partidos, pero es verdad que en el Girona las cosas Me van casi perfectos.
¿Había perdido la confianza en el Barça?
No, siempre hay días mejores y días peores, pero la confianza en uno mismo nunca se puede perder. Soy muy consciente de mi nivel y siempre he sabido a qué puedo aspirar.
Incluso ha estado a punto de volver a jugar con la selección española absoluta…
Sí, para mí estar en la prelista ya ha sido un gran paso. Hubiera preferido estar en la lista definitiva, lógicamente, pero estoy muy contento de que llamaran a Aleix García y que pudiera debutar. Él se lo merece. De alguna manera representa todo lo que estamos haciendo en este inicio de temporada con el Girona.
Y a lo largo de este proceso, ¿has recurrido a algún tipo de ayuda externa para cuidar tu salud mental, como habías reconocido en alguna ocasión?
Sí. Creo que esta ayuda siempre funciona bien, no sólo cuando las cosas no salen como uno quisiera. Creo que es fundamental para todos, incluidos los deportistas. Tenemos vida más allá del fútbol, y cuando hablo de mi salud mental con un profesional no siempre se trata de cuestiones futbolísticas.
¿Se imagina que cambiar el Barça por el Girona pudiera ser tan positivo para usted?
Me convencieron de venir a Girona porque confiaba en que tendría más oportunidades de jugar. Un equipo que la temporada pasada ya demostró que sabe hacer las cosas muy bien, con un entrenador que apuesta por un estilo que beneficia a mi fútbol… Todo parece ideal, pero nadie podía imaginar que nos encontraríamos líderes a estas alturas. punto.
¿Estaba tan claro? ¿No consideraste otras opciones?
No. Cuando tomé la decisión de querer salir cedido un año siempre dije que tenía que ser para ir al Girona.
Entonces, ¿la decisión fue sólo tuya? ¿O ayudaron las necesidades económicas del Barça?
Sí seguramente. La verdad es que pedí ir cedido antes de que cerrara el mercado y, inicialmente, el Barça me dijo que no. Pero luego pensaron en ello. Creo que fue una decisión del club poder inscribir a los jugadores que acababan de fichar. Pero también la decisión de irme y el primero que lo pidió fui yo porque quería jugar.
¿Qué pasará al final de la temporada, una vez finalizada la cesión? Tal y como le van las cosas, quizá prefiera quedarse en Girona…
No, sé que estoy aquí por un año y que tengo contrato con el Barça. En lo único que pienso ahora mismo es en seguir disfrutando de esta magnífica temporada.
¿Se ve en Girona haciendo un Leicester?
¡Con un poco de suerte! Pero las cosas en el fútbol pueden cambiar muy rápidamente y no sabemos qué pasará. Hace unas semanas todo parecía más una cuestión de suerte, fruto de esa inercia ganadora que teníamos. Pero ahora la gente empieza a pensar que no es una coincidencia. Tenemos que seguir trabajando como hasta ahora e intentar sumar tantos puntos como podamos antes de Navidad. Entonces veremos dónde estamos.
Una vez cumplido el objetivo de la permanencia, ¿es ahora el objetivo de intentar ir a la Champions?
No lo sé, pero nos hemos ganado el derecho a soñar. Veamos hasta dónde podemos llegar. Pero, como digo, la temporada es muy larga y hay que pensar que hay equipos que, aunque no han empezado tan bien, a priori están hechos para terminar arriba. Habrá guerra hasta el final.
Acostumbrado a jugar junto a superestrellas, ¿qué opina de jugadores mucho menos destacados como Savinho, Dovbyk o Tsygankov?
Genial, porque están haciendo una actuación espectacular a pesar de ser desconocidos. Ya nos enfrentamos a Tsygankov el año pasado en Liga pero si tengo que ser sincero, no conocía ni a Artem ni a Savinho y, evidentemente, me sorprendieron mucho. En cualquier caso, eso habla muy bien del trabajo que han hecho Quique Cárcel y el técnico.
Y con todos estos elementos, ¿se ve capaz de acudir a Montjuïc, a pocos días del parón, para ganar también?
Primero intentaremos ganar al Athletic Club y al Valencia, que ya será difícil. Y cuando llegue el momento de jugar contra el Barça, lo intentaremos también. Será un partido muy especial para mí porque en el Barça, además de compañeros, tengo amigos.