Bucear a una profundidad de 1.000 metros es imposible para un ser humano. Por eso, la Universidad de Stanford ha creado un robot humanoide con manos prensiles, que puede hacer lo mismo que un humano.
Queremos viajar a la Luna y a Marte, pero hay todo un planeta inexplorado a pocos kilómetros de nosotros: las profundidades del mar.
Hay muchas razones por las que es tan desconocido para nosotros. La principal es que el mar es un entorno muy hostil, tanto como el espacio. A medida que descendemos a las profundidades del océano, la presión es tan grande que hace que el oxígeno de nuestro cuerpo se vuelva tóxico y nos lleve a la muerte.
los récord mundial de profundidad con traje de buceo Es propiedad del buzo egipcio Ahmed Gamal Gabr, quien en 2014 descendió al 332,35 metros. Bajó en apenas 12 minutos, pero necesitó 15 horas para ascender, pues tuvo que hacer numerosas paradas de descompresión a diferentes profundidades, para que su cuerpo liberara el nitrógeno generado por la altísima presión.
Para descender a grandes profundidades submarinas, utilizamos submarinos tripulados o mini submarinos a control remotopero estos vehículos no son tan maniobrables, ni pueden hacer las cosas que haría un humano a dos manos.
La solución de la Universidad de Stanford se llama OceanOneK, un robot humanoide buceadorun poco más grande que un ser humano.
OceanOneK este verano rompió el récord de profundidad para un robot humanoide, Descendiendo a una profundidad de 1.000 metros, como podéis ver en el vídeo de apertura de la noticia.
La gran ventaja de OceanOneK (O2K como se le llama entrar al equipo), es que tiene dos manos de agarre manejadas por un operador en la superficie.
Los dos ojos del robot, con respectivas cámaras, generan una visión estereoscópica, en 3D, idéntica a la de los humanos. Equipado con gafas 3D, el operador puede ver perfectamente las distancias y profundidades, como si estuviera allí abajo.
Las manos prensiles de OceanOneK son manejadas en tiempo real por el mencionado operador, con una especie de exoesqueleto que clona los movimientos de sus propias manos en el robot. En el vídeo podemos ver como O2K explora un pecio romano a más de 500 metros de profundidad, y es capaz de levantar un objeto pequeño del tamaño de un relojy ponerlo en una caja para subirlo a la superficie.
Un robot buceador con manos no solo es de gran ayuda para explorar barcos o aviones hundidos. También se está entrenando para llevar a cabo reparaciones de cables e instalaciones submarinas.
Con información de Telam, Reuters y AP