ONU Derechos Humanos pide al nuevo Gobierno de Colombia «medidas urgentes» contra la violencia en las zonas rurales

Masacres, homicidios, desapariciones, violencia sexual, reclutamiento de niños y extorsiones a la población… la creciente violencia perpetrada por grupos armados y organizaciones criminales en las zonas rurales de Colombia está teniendo un impacto devastador, especialmente entre mujeres, niños, afrodescendientes, líderes comunitarios, indígenas pueblos indígenas y defensores de derechos humanos, advierte un informe de la Procuraduría de Derechos Humanos.

En el documento, publicado este martes, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos exhorta al gobierno entrante, que asumirá el mes próximo, a dar prioridad a la lucha contra esta violencia. Además, establece una serie de recomendaciones para que las autoridades las apliquen de manera urgente, con el fin de proteger la vida y los derechos humanos de los afectados.

Michele Bachelet coincide así con el Consejo de Seguridad que esta misma semana pidió al Gobierno de Colombia desmantelar rápidamente los grupos armados ilegales en Colombia.

La firma de los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) en 2016 mostró una drástica disminución de la violencia. Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ), los asesinatos pasaron de 12.665 en 2012 a 1.238 en 2016.

Pero en los últimos dos años, grupos armados no estatales y organizaciones criminales, muchas veces involucradas en actividades ilícitas como el narcotráfico y la minería ilegal, han ampliado su presencia en varias regiones de Colombia.

La respuesta del Estado, principalmente militar, no ha podido frenar la expansión de los grupos, y la escasa presencia de instituciones civiles ha agravado la situación, según el informe. La falta de educación y oportunidades laborales también ha aumentado la vulnerabilidad de los niños, niñas y adolescentes a ser reclutados. por grupos armados.

En 2021, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Colombia verificó el asesinato de 100 defensores de derechos humanos. Entre el 1 de enero y el 30 de junio del presente año, la Oficina recibió información sobre 114 homicidios de defensores de derechos humanos, de los cuales hasta el momento se han verificado 22 casos.

Misión de Verificación de la ONU en Colombia/Laura Santamaría

Las mujeres y los niños se enfrentan a las peores consecuencias de los conflictos y el cambio climático.

Diversas tácticas de criminales.

Los grupos armados y las organizaciones criminales han adoptado diversas tácticas para controlar las comunidades, como imponer regulaciones y restricciones al movimiento de personas.

“Tengo miedo porque llevamos tanto tiempo con la presencia de la disidencia, imponiendo sus reglas y condiciones que, aunque no queramos, somos parte de ella. Tenemos que obedecer lo que dicen. (…) hay retenes en la vía con hombres con armas largas, donde nos paran, nos dicen que tenemos que pedir permiso para salir y nos revisan los celulares”, dijo una defensora de derechos humanos en el departamento de Arauca.

En algunos casos, indígenas y afrodescendientes se han visto obligados a participar en actividades ilegales y abandonar sus formas de vida tradicionales, como la pesca y la caza.

Grupos armados y delincuentes violan los derechos humanos

La violencia generada por los grupos destruye el tejido social de las comunidades, poniendo en peligro la identidad cultural y la autonomía, señala el documento. Las comunidades y sus líderes que tratan de proteger sus tierras, sus vidas, su cultura y el medio ambiente enfrentan enormes riesgos.

“Las comunidades y sus líderes resisten la presión y violencia de los grupos para proteger su territorio, su vida, el medio ambiente y su cultura. Sin embargo, los grupos armados no estatales y las organizaciones criminales son responsables de masacres, homicidios, desapariciones, violencia sexual, reclutamiento de niños, niñas y adolescentes y extorsión de la población, afectando la capacidad de la comunidad para ejercer y disfrutar plenamente sus derechos. derechos”, dice el informe.

Este es el caso de los indígenas Nasa en el departamento del Cauca, que durante mucho tiempo ha sido objeto de amenazas y ataques.

En los primeros meses de 2022 fueron asesinados cuatro líderes de la Nasa. La violencia, el narcotráfico y las industrias extractivas amenazan su forma de vida e incluso su supervivencia, advierte el informe. Asimismo, la situación actual podría acelerar la desaparición del pueblo indígena Jiw, ubicado a orillas del río Guaviare y que actualmente cuenta con unos 2.261 habitantes.

El informe señala que el desmantelamiento del amplio espectro de grupos armados no estatales y organizaciones criminales que operan en el país debe ser una prioridad para el gobiernojunto con la consolidación del estado de derecho y el fortalecimiento de las instituciones públicas en las zonas más afectadas por la violencia.

Los actos de violencia cometidos por grupos armados no estatales y organizaciones criminales deben ser efectivamente investigados y sancionados a sus autores, independientemente de su afiliación.

Panorámica Colombiana

UNMVC/Héctor Latorre

Panorámica Colombiana

Cumplir con el acuerdo de paz

El informe también insta a la nueva administración a garantizar la plena implementación del acuerdo de paz.incluyendo la búsqueda de la sustitución voluntaria, en lugar de la erradicación forzosa, de los cultivos de coca.

Los programas de reforma y desarrollo rural deben implementarse y consolidarse, con la participación de las comunidades afectadas. Debe fortalecerse la capacidad de los gobiernos locales, incluidos los de las comunidades afrodescendientes e indígenas.

El informe también detalla las preocupaciones sobre las violaciones de los derechos humanos, incluida la privación arbitraria de la vida, por parte de las fuerzas de seguridad del estado, y pide una reforma del sector de la seguridad. El informe pide que se investiguen los presuntos vínculos de algunos funcionarios y fuerzas de seguridad del Estado con estos grupos violentos.

«Es deber del Estado proteger a la población de la violencia, y hacerlo respetando el derecho internacional de los derechos humanos. humanos. Por eso instamos al Gobierno a adoptar políticas públicas para responder de manera efectiva a la violencia y prevenirla, en cumplimiento de las obligaciones de Colombia bajo el derecho internacional de los derechos humanos”, dijo la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

“El enfoque del gobierno entrante en la paz total y la implementación regional del acuerdo de paz es un enfoque sólido que mi Oficina apoya”, agregó Michelle Bachelet.

«El diálogo es fundamental para reconstruir la confianza en el Estado y sus instituciones. Insto a las autoridades a escuchar las voces de todos los sectores de la sociedad. Las personas que viven en zonas rurales y apartadas son las que más han sufrido el flagelo de la violencia, pero también son las que mejor pueden ayudar a trazar un camino hacia un futuro más pacífico”, concluyó Bachelet.

Con información de un.org

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