Esta visión coincide con la expresada por el Banco Central Europeo: “Los cuellos de botella persistentes en el suministro, el aumento de los precios de las materias primas y la aparición de la variante omicron continúan lastrando las perspectivas de crecimiento a corto plazo”, además de los gastos de asistencia social y económica multimillonarios que podría haber acelerado el aumento.
Al igual que Estados Unidos, cuya tasa de inflación alcanza el 7%, los países europeos muestran fuertes incrementos: Estonia 12%, por delante de Lituania 10,7%, Polonia 8,6% y Letonia 7,7%.
En España la tasa de inflación se sitúa en el 6,7%, mientras que Alemania denota el 5,3%, Gran Bretaña el 5,5%, Italia el 4,2% y Francia el 3,4%.
Países aún más distantes, pero igualmente importantes, logran controlar la tasa de inflación, al menos por el momento.
Japón reporta un 3% y China, que dio a luz al temido virus, oficialmente apenas muestra un 1,5%.
Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de negociación de activos múltiples eToro, cree que la inflación máxima está «cerca» y dice que disminuirá a medida que las cadenas de suministro se relajen.
«Esto hace que el Banco Central Europeo sea reacio a subir las tasas de interés este año. También mantiene débil al euro, un apoyo clave para las ganancias y exportaciones de las empresas europeas», agregó.