Patricia Armendáriz, pintada de cuerpo entero

Parece que en la 4T están convencidos de que el poder se hizo para violar la ley, y si es flagrante, que mejor. Tal vez por ignorancia o prepotencia que se manifiesta en prepotencia, o una mezcla de ambas, los servidores públicos y representantes actúan con impunidad mientras alzan la voz y reiteran sus mentiras hasta la saciedad. Más de un miembro de la 4T viene a la mente al describir lo anterior. Su actitud refleja fielmente un calco del viejo PRI que tanto prometieron desterrar.

Siguiendo los mantras de Palacio: “al diablo con las instituciones” y “no me digas que la ley es la ley”, la diputada federal por Morena, Patricia Armendáriz, violó la ley y luego se hizo la víctima al ser cuestionada por un periodista. Hizo un tremendo empujón, empujó a quien dice apoyar. Y es que presumió financiar —supongo parte— la campaña electoral consistente en vallas publicitarias que muestran el perfil de Claudia Sheinbaum y que por un momento han inundado el país. Hacerlo es un delito electoral.

No lo digo, está claramente establecido en el artículo 134 de nuestra Carta Magna, que establece: “La propaganda, bajo cualquier forma de comunicación social, difundida como tal, por los poderes públicos, órganos autónomos, dependencias y entidades de la administración pública y cualquier otra entidad de los tres órdenes de gobierno, deberá ser de carácter institucional y con fines informativos, educativos o de carácter social, en ningún caso esta propaganda incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de algún servidor público. que la normativa no discrimina según la fuente de donde proviene el dinero, lo que se subraya es que no se puede hacer promoción personalizada de ningún servidor público.

Es una pena que alguien que se define en Twitter como “actuaría (UNAM), doctora en economía (Colombia), negociadora de TLC, vicepresidenta 1ra de la CNBV, banquera por la inclusión e inversionista pro emprendimiento”, olvide que como legisladora debe conocer la ley y respetarla. . ¿Ignora que lo que hizo es un delito electoral y que el propio López Obrador fue quien propuso que lo castigaran con la cárcel?

Las vallas publicitarias y la confesión de gente como la diputada son el anuncio de que la 4T va en contra del propio Movimiento, ya que más que ayudar —en este caso a la jefa de gobierno de la capital— podría acabar perjudicándola (por cierto, Armendáriz no es la primera vez que confiesa una irregularidad, en febrero del año pasado, en plena Cámara de Diputados, dio a entender que en el pasado recibía comisiones en efectivo, así como se corrompía a los presidentes municipales en la época de Salinas de Gortari). Pero hay algo más que no beneficia en nada a la Cuarta Transformación, y es que el 28 de diciembre (como si fuera una inocente), la legisladora, al ser entrevistada por el periodista Carlos Zúñiga sobre su participación en el financiamiento de vallas publicitarias, se mostró molesta por las preguntas y aseguró que la estaban atacando. Resultó ser muy lopezobradorista cuando se convirtió en víctima…

La actitud de Patricia Armendáriz la pinta de cuerpo entero; una legisladora que hace de todo menos legislar, que se confiesa criminal electoral y se victimiza. Las acciones de Armendáriz son una imitación de lo que hace López Obrador: infringir la ley, negarla, ofrecer una realidad alternativa/otros datos, hacerse la víctima y seguir sin acatar la constitución. Impunidad por bandera.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

CAMARADA

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