Pedro Castillo, un activista sindical de extrema izquierda cuyo ascenso ha sacudido al establecimiento político de Perú, fue declarado presidente electo el lunes por la noche en medio de una creciente inquietud social en un país golpeado por la pandemia del coronavirus.
Más de seis semanas después de la votación, los funcionarios electorales certificaron la victoria de Castillo después de rechazar las acusaciones de fraude de su oponente de derecha, Keiko Fujimori. Asumirá el cargo el 28 de julio después de obtener el 50,1% de los votos en las elecciones del 6 de junio frente al 49,9% de Fujimori, quien se ha negado a aceptar los resultados.
La elección del líder de un partido marxista de 51 años podría resultar en una revisión radical de la economía de mercado de Perú, que se ha basado en el comercio global para impulsar una de las economías de más rápido crecimiento de América Latina en las últimas dos décadas.
El ascenso de Castillo, un ex maestro de escuela de los Andes rurales, apuntala cómo la pandemia puede generar una reacción violenta contra la clase dominante en los países más afectados. Su elección ocurrió en medio de un telón de fondo de ira pública por la incapacidad del estado de brindar servicios públicos decentes a pesar de años de fuerte actividad económica y una serie de escándalos de corrupción que empañaron a varios políticos poderosos.
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Fuente: WSJ