Pedro Sánchez lo volvió a hacer. Como si fuera un gesto reflejo, cada vez que se siente «no elegido» y antes de que se le acabe la vida y el videojuego le diga «game over», consigue activar un cambio de guión, un guiño que desvía la atención del público donde quiere que miren los españoles.
Acaba de suceder. Cuando todas las miradas están puestas en la consolidación de la derecha que la noche del 28 de mayo se consagró como favorita en las elecciones municipales y autonómicas, se desvía y sube la apuesta.
Este lunes habían pasado poco más de 12 horas desde el cierre de los colegios electorales -que estuvieron abiertos hasta las 20:00 horas del domingo-, y mientras sus adversarios políticos y sus socios por conveniencia, todos adormecidos, seguían analizando el resultado. de las urnas, el presidente del Gobierno hizo saber que entregaría un mensaje desde el Palacio de la Moncloa a media mañana. Pero que no respondía preguntas.
«He tomado esta decisión a la vista de los resultados de ayer»dicho.
cambio de horario
Con esas pocas palabras, Pedro Sánchez consiguió que la algarabía del Partido Popular durara menos de una noche de conquista.
Y si el domingo los españoles se acostaron con la postal de una España teñida de azul -el color del PP- que les mostraron en la tele y en las webs, esta mañana la charla en los bares fue monotemática: a quién votar el 23 de julio y quién será el próximo presidente de España.
Menos de 24 horas después de haber votado renovar las autoridades de los ayuntamientos y algunas comunidades autónomas, los españoles volverán a las urnas el próximo 23 de julio para las elecciones generales, cita que estaba prevista para diciembre en el calendario electoral.
Pedro Sánchez ya lo había hecho en 2019, días después de sentir el desamor que, sin eufemismos, los partidos de la derecha le profesaron cuando se reunieron en la madrileña plaza Colón para pedirle que se fuera.
Por una España unida. ¡Elecciones ahora!”. fue el lema de la manifestación que reunió a miles de españoles.
La ‘foto de Colón’ que protagonizaron PP, Ciudadanos y Vox -y que tuvo un coste político, sobre todo para los dos partidos que no eran de extrema derecha-, perjudicó a Sánchez que, ante la imposibilidad de aprobar los Presupuestos Generales del Estado, cinco días después de la manifestación anunció elecciones anticipadas.
La militancia «dormida»
“Un gobierno tiene la obligación de cumplir con su tarea: aprobar leyes, gobernar, avanzar. Cuando algunos partidos bloquean la toma de decisiones hay que convocar elecciones”, dijo el 15 de febrero de 2019, ocho meses y medio después de llegar al Palacio de la Moncloa. mano a mano con una moción de censura con la que había desalojado a Mariano Rajoy.
La jugada no salió mal. El PSOE se llevó casi 7,5 millones de votos en esa previa electoral. En segundo lugar, el PP cosechó menos de 4,5 millones.
Hace cuatro años, el actual presidente apeló a un electorado de izquierda indignado por la caída de un gobierno progresista.
Hoy yo Urge despertar a esos 400.000 votantes del PSOE que el domingo 28 prefirieron quedarse en casa.
Esta vez, la prisa electoral que arde en las manos de Sánchez es también un instrumento que le permitirá ejercer presión. A la izquierda de él ya la derecha.
Obliga a los partidos de izquierda del PSOE -Podemos, Izquierda Unida, Sumar- hacer un trato y presentarse juntos.
Y condiciona al PP que, a buen seguro, intentará retrasar hasta después del 23 de julio lLos acuerdos imprescindibles con Vox para gobernar en los territorios que le quitó al PSOE. Para entonces, ya deberían estar conformados los nuevos gobiernos de los municipios. Para los Parlamentos autonómicos habría un plazo mayor.
«Solo hay un método para resolver estas dudas, que es la democracia», dijo este lunes con expresión cansada un Sánchez serio, de pie en la escalinata donde recibe a los jefes de Estado que le visitan en La Moncloa.
“Lo mejor es que los españoles tomar la palabra y pronunciar sin demora para definir el rumbo del país”, agregó.
Como en 2019, Sánchez quiere acelerar las elecciones para que su gobierno no siga decayendo. Antes de marchitarse, el secretario general del PSOE apuesta por un nuevo sol.
«Todavía no ha desvelado si será candidato» especulan en los pasillos de la calle Génova, sede del PP.
¿Alguien se atreve a dudarlo?
Madrid. Corresponsal
pb