Petro y Hernández al filo de las elecciones en Colombia

El candidato ultraderechista obtuvo más de 5,9 millones de votos en esa primera cita del 29 de mayo -el 28,17 por ciento de los votos emitidos ese día-, superando contra viento y marea a Federico ‘Fico’. Gutiérrez, quien parecía ser la opción preferida de la derecha para derrotar a Petro, en quien confiaron más de 8,5 millones de votantes.

Las encuestas reflejan en la mayoría de los casos un empate técnico, aunque otros dan ganador a uno u otro por estrecho margen, sin embargo, ambos ya han dejado claro que aceptarán el resultado sea cual sea. En lo que también coinciden las encuestas es en el porcentaje de voto en blanco, en torno al cinco por ciento.

Los últimos días de campaña han estado marcados por la decisión de la Corte Superior de Bogotá de obligar a ambos candidatos a realizar un debate electoral en la víspera de este domingo, luego de una tutela interpuesta contra Hernández en la que se le acusa de vulnerar los derechos de colombianos al negarse a participar en este tipo de reuniones.

Sin embargo, la falta de consenso ha dejado a los colombianos sin debate pese a la sentencia judicial que obligó a celebrarlo antes del jueves. Desde el Pacto han lamentado que su rival no se haya presentado en las oficinas de la Radio Televisión Nacional de Colombia (RTVC) para hablar de los detalles del encuentro cara a cara.

Hernández ha justificado su ausencia por la falta de respuesta de las autoridades judiciales a las preguntas que planteó sobre la conveniencia de la decisión del tribunal de obligarlos a debatir, un fallo que calificó de «tribunal estalinista».

Desafíos para el próximo presidente de Colombia

Colombia es uno de los países más desiguales del continente, con 21 millones de pobres, mientras más de la mitad de la tierra está en manos de una minoría privilegiada que no llega al dos por ciento de la población. Una trampa mortal para los campesinos, quienes, asfixiados por las políticas neoliberales y de libre comercio, recurren a cultivos ilícitos de coca, en manos de grupos armados.

La desigualdad en la distribución de la tierra es la razón principal por la que nació un conflicto armado que ya dura seis décadas. Uno de los temas cuando se inició la negociación entre el gobierno del entonces presidente, Juan Manuel Santos, y la guerrilla de las FARC, abordó este tema.

Sin embargo, seis años después, la situación continúa sin avances significativos y los líderes campesinos que piden, por ejemplo, pasar de cultivos ilícitos a la agricultura formal, no solo son asesinados por los grupos armados, sino también por los propios militares. Entre 2021 y lo que va de 2022, con uno de los trimestres más mortíferos, han sido asesinados 188 líderes de campamento.

En los últimos años el escenario de la clase política ha cambiado. Si bien uno de los problemas sigue siendo la violencia armada que infesta todos los rincones del país, ahora en estas elecciones ya no está en juego la cuestión de la ya desaparecida guerrilla de las FARC, sino de aquellas que habían sido relegadas a un segundo plano, como como la pobreza, la desigualdad y el desempleo.

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