Pinocho va rumbo al Oscar

Es una de las películas más bonitas que he visto en mi vida. Debo confesar que la historia del niño de madera nunca me había llamado la atención, al menos no la versión animada de 1940, pues no lograba conectar con ella porque me parecía solo un hilo de secuencias llenas de aventuras que no generaban cualquier sentimiento en mí. . La siguiente edición que me tuvo unos minutos fue la que se estrenó en Disney+ el año pasado en live action protagonizada por Tom Hanks. Si bien estuve cautivado durante los primeros 20 minutos, después de que el niño de madera se va a la escuela, me perdió. Nuevamente, se convirtió en una historia entretenida y eso es todo.

Hasta que unos meses después llegó la maravillosa versión de Guillermo del Toro producida por Netflix. Desde el principio hasta el final, me agarró y no me soltó. Fui a la Cineteca Nacional a verla con mi hijo de 3 años y medio, porque obviamente quería disfrutar de esta obra maestra en la pantalla grande y que mi Noah también la disfrutara de la misma manera. Aunque fue difícil conseguir entradas, ya que mucha gente quería verla y las opciones de expositores eran muy limitadas, el objetivo se logró. Mi hijo aguantó perfectamente y cuestionó escenas sobre la muerte que luego tuve que explicarle de una manera muy sencilla para no confundirlo. Y lo disfruté, lloré, reflexioné, quise sacar mi celular para escribir tantas frases hermosas de ese guión perfecto. En ese momento pinocho Guillermo del Toro se convirtió en mi gallo de pelea para el Oscar, y no me refiero solo a la nominación de la película animada, no, entonces yo apostaba a que iba a estar nominado en la categoría de mejor película, como sucedió unos años antes con La Bella y la Bestia, Up y Toy Story 3. En serio, este año las nominaciones al Oscar realmente me asustaron. No entendía por qué una joya como esta versión stop motion de Del Toro no obtuvo una nominación en esa categoría.

Mi obsesión por esta película me llevó a adentrarme más en el mundo de pinocho y el proceso de creación de esta película. La gran mayoría de la película se hizo en Portland, Oregón y una parte se hizo en México. Por eso fui a Zapopan, Jalisco a ver el taller de perros, un lugar creado por la Universidad de Guadalajara y por el impulso e insistencia de Guillermo del Toro. Fue aquí donde se filmó una de las secuencias más emblemáticas de esta historia que tiene que ver con la muerte del personaje. Que esta parte fuera filmada en nuestro país, por los mejores artistas mexicanos, no fue casualidad. Para Del Toro era importante que una secuencia tan importante en la película fuera creada por manos mexicanas, pero más allá de eso, lo que quería es que su película reflejara la relación que tenemos con la muerte. En entrevista con Angélica Lares, quien fuera supervisora ​​de esta segunda unidad, explicó:

“Al final se decidió, que para mí era lo ideal, que la secuencia de los conejos que trata de este inframundo se haga cuando muere Pinocho que son ellos los que lo llevan a la antesala antes de hablar con la muerte. También los animadores aquí, como buenos mexicanos, el tema de la muerte nos está muy pegado en la piel y la verdad que nos alegramos mucho cuando nos dijeron cuáles serían las secuencias en las que íbamos a estar trabajando. Angélica también agregó que los mismos animadores se convirtieron en actores porque para hacer los movimientos de los títeres, ellos mismos tenían que recrearlos para que parecieran más reales: “A partir de ahí está dirigiendo hasta la actuación de los objetos inanimados. Es que eso es lo más importante, el tema de los títeres, el tema de los actores son los animadores. Para mí esa es la magia de detener el movimiento, que tienes que transmitir una emoción a través de un cuerpo inanimado, entonces tienen que gesticular cada facción, cada movimiento de sus brazos.” Angélica Lares, quien a su vez es directora de la taller de perroshabló sobre algo que tiene mucho sentido de por qué la película de Guillermo del Toro provoca tantas emociones: «Recuerdo que Guillermo habló mucho sobre alentar errores, es decir, los seres humanos tenemos errores, todo el tiempo tenemos cosas que ellos humanizarnos y se fijó mucho en eso, cómo vas a animar un sentimiento, si ves la película, cuando Gepetto llora, sientes que llora, que sufre”.

Por su parte, Karla Castañeda, otra de las importantes animadoras de este proyecto, quien recientemente recibió la invitación de la Academia para ser integrante del mismo y además es gran amiga de Guillermo del Toro, compartió con ustedes parte del proceso que llevó fuera en el taller de iglesiao, pero sobre todo desde una vertiente más emocional, que hace de esta animación una película muy real: “Hay gente que me ha dicho, que no hace animación, que de repente se olvidan de que son marionetas, que son personajes, que se sienten humanos y llega un momento de la película que no piensas en eso, ¿no? Y los movimientos son tan fluidos y creo que Guillermo ha tenido esa fluidez desde pequeño, desde niño, tiene un acercamiento a la animación, tiene un acercamiento a la plastilina que en ese momento era plastilina, lo tiene con moldes y creo que lo que llevó aquí fue el capitán de todo el barco, que es gigantesco”. Pero sin duda algo en lo que todos están de acuerdo es en el gran esfuerzo que ha hecho el cineasta tapatío para promover la animación stop motion, por lo que prácticamente creó este taller y además de haber involucrado a un gran equipo para que participe en esta secuencia. pinochoEl mismo Del Toro, apoya los proyectos personales de todos los animadores mexicanos y así lo explicó Castañeda:

“También creo que Guillermo es tan amable y siempre está luchando por las generaciones que vienen y es como, ahí te paso la batuta pero tú se la pasas a los que vienen y si tienes a alguien como director tienes que tener la gente que no guarda secretos, que tiene esa sutileza, esa amabilidad, porque lo que es Guillermo y creo que se notaba de Guillermo para abajo”.

Podría seguir hablando interminablemente de todo lo que vi en ese maravilloso lugar y para eso necesitaría encargar una edición especial dedicada a pinocho. Lo que puedo concluir de esta película, a solo 8 días de haber ganado el Oscar a la mejor película de animación (porque seguro que lo va a ganar), es que tiene mucha alma y un corazón tan grande que por eso tiene conquistado cada uno de los festivales y entregas de premios por los que ha pasado. La competencia en la categoría de animación es muy fuerte. Todas las cintas son hermosas y tienen algo muy valioso, pero pinochoes de otra especie.

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