Un diputado de extrema derecha fue suspendido por 15 días y recibirá la mitad de su dieta.
La Asamblea Nacional francesa decidió sancionar a un diputado de extrema derecha, acusado de pronunciar un insulto racista en medio de una sesión cuando un legislador negro de izquierda se refería a un barco humanitario con migrantes rescatados a bordo.
Como castigo por lo ocurrido, la Cámara Baja francesa decidió excluir al legislador Grégoire de Fournas por 15 días de sesiones y privarlo del la mitad de su sueldo como parlamentario durante dos meses.
“El racismo, independientemente de su objetivo, es la negación de los valores republicanos que nos unen en esta cámara”, dijo la presidenta de la Asamblea, Yaël Braun-Pivet, luego de que los diputados aprobaran la sanción.
El pasado jueves, durante una sesión de control con el Gobierno, De Fournas habría gritado «regresen a África» o «regresen a África» al diputado Carlos Martens Bilongo, de La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical), cuando le preguntó por la llegada de inmigrantes.
La fonética francesa dificulta saber si De Fournas se refería a los migrantes o al diputado de origen congoleño. Sin embargo, la transcripción de la sesión de la Cámara Baja incluye la expresión en singular: “Regreso a África”.
Para los compañeros de Martens Bilongo no hubo dudas. En una grabación de video de lo sucedido, se puede ver cómo su rostro cambia, denotando primero sorpresa y luego indignación.
Agrupación Nacional, el partido ultraderechista al que pertenece De Fournas, asegura que su diputado se refería al «barco» de migrantes mencionado en la pregunta y «en ningún caso» a Martens Bilongo, tesis defendida en cambio por La Francia Insumisa.
«Estamos ante una manipulación de LFI que busca distorsionar mis declaraciones para hacerme decir cosas desagradables sobre un compañero diputado francés, que tiene la misma legitimidad que yo en estos caucus», dijo De Fournas.
Carlos Martens Bilongo expresó su «tristeza». «Es vergonzoso que me redujeran a mi color de piel hoy”, agregó el diputado izquierdista, defendiendo la tesis de que la frase iba dirigida a él.
El episodio alcanzó los niveles más altos de la política francesa y generó críticas generalizadas.
El presidente Emmanuel Macron dijo estar «conmocionado» por las declaraciones «intolerables» del legislador de extrema derecha y «expresó su apoyo al parlamentario insultado», según sus familiares.
«El racismo no tiene cabida en nuestra democracia», dijo la primera ministra Élisabeth Borne.
El hecho se produjo después de que el Gobierno anunciara una serie de medidas contra la inmigración irregular.
La derecha y la extrema derecha acusan a Macron de no hacer lo suficiente para expulsar a los inmigrantes a los que se les ha negado el permiso de residencia.
El gobierno propone en particular crear un permiso de residencia para atraer trabajadores extranjeros a trabajos con escasez de mano de obra e incluir a las personas en situación irregular con orden de expulsión en la lista policial de personas buscadas.