Faltan menos de dos años para que concluya el actual sexenio, solo 15 meses para las elecciones federales, y pese a ello, al término de su mandato, el presidente está dando un giro de 180 grados a la política de nuestro país. política internacional. No parece estar dispuesto a continuar con la tradición de priorizar la relación con Estados Unidos y evitar intervenir en conflictos internacionales.
Las últimas dos semanas han estado llenas de declaraciones cruzadas entre el presidente y los políticos estadounidenses, acusándose mutuamente de ser responsables del problema de las drogas. El tono de las declaraciones es práctica común entre nuestros vecinos del norte, pero ningún presidente mexicano había sido tan frontal en su forma de responder.
En este tenso clima de relaciones bilaterales con Estados Unidos, dos elementos añaden mayor incertidumbre a lo que pueda ocurrir; la carta dirigida al gobierno chino y las declaraciones del presidente ruso en las que elogia el comportamiento del gobierno mexicano. Nada es casualidad, el presidente mexicano busca acercarse políticamente a los opositores al gobierno de Estados Unidos.
En el caso de Rusia ya se logró, Putin aprovechó la primera oportunidad que tuvo para mostrar cercanía con el presidente mexicano, mientras que con China los resultados no fueron los esperados, la carta recibió una fría respuesta que a su vez coloca Toda la responsabilidad sobre el problema del fentanilo a México, parece que los chinos aún no están dispuestos a caer en el juego del presidente.
¿Por qué el presidente está dispuesto a deteriorar nuestra relación con Estados Unidos? Las declaraciones de los congresistas republicanos no son una razón válida, ya que no representan al gobierno actual y se hacen en un ambiente electoral. No se puede apelar a la idea romántica del nacionalismo mexicano que defiende al país de ataques extranjeros, cuando se trata de nuestro mayor socio comercial.
Siendo este el caso, se pueden inferir otros motivos más poderosos. Si bien el presidente se siente cómodo utilizando viejas formas de hacer política, no abandona su necesidad de mostrarse como un político disruptivo, que utilizó con mucha eficacia en la campaña electoral y ahora quiere probarlo en escenarios internacionales. Está empeñado en dejar su huella en la diplomacia mexicana, y encontró la manera de hacerlo alejándose de los Estados Unidos.
Además de que existen rumores sobre la existencia de investigaciones contra destacados miembros de la 4T, realizadas por agencias federales estadounidenses. La experiencia política del presidente podría estar previniéndole de futuros conflictos, más aún, cuando se juega fuerte electoralmente para que un miembro de su equipo sea su sucesor en un claro proyecto transejenal.
De haberlos, no está claro qué beneficios supondría para la población mexicana alejarse de Estados Unidos para estar más cerca de Rusia, China o países latinoamericanos con gobiernos dictatoriales de izquierda. A primera vista, parecen más decisiones ideológicas e intereses personales que intereses económicos o colectivos.
Se pueden decir muchas cosas de Estados Unidos y algunos de sus políticos no son las mejores personas, pero también son nuestros mayores socios comerciales y las remesas que se envían desde allí son la principal fuente de ingresos de nuestro país. Entonces, ¿por qué debemos luchar contra ellos?
POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR
COLABORADOR
@HSERRANOAZAMAR
CAMARADA
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